II Encuentro de Sindicalismo y Feminismo: Unidad de las trabajadoras

Escribe: Camila Parodi

Entre los días sábado 19 y domingo 20 de febrero la ciudad de Rosario será sede del segundo encuentro “Feminismo y Sindicalismo: Camino al 8M”. Un espacio de confluencia y organización de dirigentas y activistas sindicales con el fin de fomentar la participación de las trabajadoras en las distintas instancias sindicales. Este segundo encuentro hace parte de un proceso colectivo que comenzó en 2021 entre dirigentas de diferentes espacios gremiales, investigadoras feministas y la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo. Con el objetivo de indagar, problematizar y visibilizar los obstáculos que enfrentan las mujeres trabajadoras para participar en la vida sindical se realizaron tres encuentros, formaciones e intercambios virtuales culminando con el primer encuentro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en diciembre del 2021.

“En ese encuentro nos dividimos en talleres donde participaron activistas, delegadas y dirigentes que se organizan en distintas provincias y actividades: aceiteras, casas particulares, estatales, docentes universitarias, de la energía, transporte, judiciales, etc. -explica Jimena Frankel, investigadora del Observatorio de Derecho Social de la CTA-A- La potencia de esta instancia permitió romper con la virtualidad, generar lazos, conocer la problemática de cada sector y sus avances colectivos”. Laura Mehring, una de las organizadoras del encuentro e integrante del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rafaela y Esperanza (SOEAR-Santa Fe) sostuvo que “el encuentro del año pasado fue muy importante porque con la pandemia una dejó de tener ese contacto y fue un encuentro para conocer la situación de otras compañeras en otros sindicatos”. Para su compañera Carina Savone, también organizadora e integrante de SOEAR, “la jornada contó con mucha participación y con una misma visión colectiva: ser respetadas como trabajadoras”.

Durante el proceso de trabajo colectivo se realizaron 25 entrevistas a más de 40 trabajadoras. Allí encontraron que los obstáculos son comunes: “La doble jornada, la violencia y el acoso en el trabajo y el ingreso en actividades o sectores masculinizados”, sostuvo Frankel. Como resultado de los primeros intercambios y entrevistas se realizó el informe “Estrategias y mecanismos para fomentar la participación gremial de las trabajadoras”.

Frente a este escenario se sistematizaron las diferentes estrategias y respuestas que las trabajadoras despliegan en el plano de la negociación colectiva: “Nuevas licencias de ciudad compartidas, ampliación de licencias paternas, inclusión de espacios de cuidado en los establecimientos, la formalización de protocolos, campañas de sensibilización, formaciones sobre la «ley Micaela». Las compañeras están avanzando en problematizar las consecuencias que genera el heterocispatriarcado a nivel laboral y gremial”, sostiene la investigadora. En ese sentido, explica que “el trabajo en los encuentros permite conocer qué ocurre en cada espacio, tomar la experiencia que puedan replicarse, repensar algunas formas de intervención y generar solidaridad sindical y feminista.»

Producto de los intercambios realizados durante el año pasado, en 2022 se organiza el II Encuentro sobre Feminismo y Sindicalismo en Rosario organizado por la Fundación en coordinación con los sindicatos ATE y SOEAR. Se espera la presencia de más de 60 compañeras representantes de diferentes sindicatos y provenientes de distintos puntos del país. El objetivo principal para este nuevo encuentro se propone el abordaje del pliego de reivindicaciones comunes de cara al 8M sobre doble jornada, violencia laboral y cupo en sectores masculinizados.

Para la Secretaria General de la Asociación de Trabajadores del Estado de Rosario, Lorena Almirón, este segundo encuentro es una instancia “para seguir articulando colectivamente las acciones que nos ayuden a construir espacios sin violencias en nuestros sindicatos. Construir ese poder popular que necesitamos para poder, no solamente lograr el cargo dentro de las conducciones de los sindicatos, sino también, aumentar la participación y la afiliación de las compañeras mujeres a nuestra organización sindical y, sobre todo, la participación en el movimiento de mujeres y feministas de nuestras ciudades”. Un espacio de intercambio entre las experiencias de lucha sindical y feminista para el reconocimiento de derechos: “Como decimos siempre no hay derecho de las mujeres y diversidades que se pueda garantizar sin sindicalismo ni feminismo”, explicó Almirón.

La organización de este encuentro, que es intersindical por la participación de diferentes gremios y espacios sindicales, pero también transnacional por el diálogo y la participación con distintas activistas sindicales y feministas del cono sur, se propone como una instancia para construir aquellas estrategias colectivas necesarias para potenciar la lucha hacia el interior de cada espacio, así como también en lo que respecta al movimiento feminista. Una manera de llenar de feminismo a la organización sindical y de acercar la mirada de la clase trabajadora a los espacios feministas. Explica Mehring al respecto, “para nosotras la estrategia de este encuentro es unir a las compañeras. Nosotras no somos muchas mujeres dentro de aceiteros por eso que las compañeras se integren y participen más es muy importante para poder avanzar en ese lugar”. Por su parte, Savone agrega que la estrategia “es sumar más trabajadoras a ésta lucha ya que las acciones deben ir acompañadas con hechos, demostrando firmeza y compañerismo”.

La unión entre mujeres y diversidades de diferentes sindicatos e inclusive de diferentes centrales sindicales tiene un impacto visible en el reconocimiento de derechos. Explica Lorena Almirón que la experiencia de la intersindical por la «ley Micaela» ha sido clave para su aprobación: “Son alianzas importantes para poder abordar distintas problemáticas también. Los encuentros que hemos realizado y la experiencia de cada compañera sirve y nos hace más fuertes para seguir adelante, porque no es fácil poder propiciar estos espacios y pesan las diferencias porque participamos compañeras distintas centrales y distintos pensamientos políticos. Y se hace de una manera asamblearia, democrática y participativa y eso creo que le da un valor incalculable”.

“Para nosotras, los principales desafíos se relacionan con la incidencia sindical tanto al interior de los sindicatos como en las políticas públicas” sostiene Almirón en representación de ATE Rosario. Entre ellas, “la modificación de las licencias de cuidado y de violencia, monitoreo del cupo laboral travesti – trans, las ayudas económicas para para guarderías de niñas y niños, la plena implementación de la ESI en las escuelas, el monitoreo y la participación en la ley Micaela y la sanción de la ley Vanesa”.

A días de un nuevo 8M, donde los paros y huelgas de las trabajadoras han cobrado un lugar central, activistas y dirigentas sindicales se encontrarán para establecer las principales reivindicaciones de su sector. Porque, como manifiesta Almirón, “si paramos las mujeres se para el mundo”. En esa línea, explican que la propuesta para este año es “continuar con la organización y, más allá de las reivindicaciones laborales como el mismo salario y el fin de la precarización laboral, construir lugares de trabajo libres de violencias”. Para la Secretaría General de ATE Rosario “falta avanzar frente a otro tipo de problemáticas de género que son las más difíciles al interior de los sindicatos como el apoyo al candidaturas de compañeras en los sindicatos, situaciones de violencia política”.

Para las dirigentas de Aceiteros, la estrategia de cara al 8M es “armar subsecretarías de violencia de género para poder avanzar en todo lo que es el lugar de las mujeres dentro del sindicalismo y dentro también de las empresas. Vamos a avanzar ahora después de tantos años de lucha y para poder estar en lugares de poder”.

Durante el proceso de construcción colectiva, explica Florencia Puente que desde la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo “se acompañó con talleres de feminismo y sindicalismo para superar el divorcio que a veces existe entre unos y otros ámbitos”. Para la coordinadora de proyectos de la Fundación “el feminismo es uno de los espacios más radicales y más potentes que existen dentro de las izquierdas anticapitalistas en el último tiempo”. En ese marco, sostiene que “la reflexión sobre los feminismos debe construirse como una herramienta para generar espacios de democratización de las prácticas sindicales”. Por último, comenta que “apostar por el feminismo al interior del sindicalismo promueve en sí mismo prácticas de unidad que en otros planos no pueden todavía generarse al interior del mundo sindical y esto es muy radical.»

Si bien la historia de la organización feminista dentro de los espacios sindicales lleva muchos años, el actual proceso intersindical y transnacional es esperanzador dado que propicia la unidad entre las trabajadoras y la implementación de estrategias conjuntas en el sector. “Hemos avanzado pero hay que seguir sosteniendo todas estas luchas y que cada vez más mujeres se animen a disputar cargos en sus organizaciones”, manifiesta al respecto Lorena Almirón y recuerda que es importante “plantarse y organizar otro tipo de sindicalismo para que sea el sindicalismo que realmente transforme y que genere la justicia social, que necesitamos no solamente las mujeres sino el pueblo en general”.

 

Les dejamos el primer informe:

Pueden descargarlo aquí.

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