Prólogo por Eduardo Bellelli
«Tómese una píldora y se mejorará». Quien más, quien menos ha escuchado esta frase mágica alguna vez en su vida.
En un mundo manipulado por soluciones inmediatas de la mano de laboratorios, que han propuesto mil formatos inyectables, jarabes, emplastos, pomadas, llegando a desarrollar la máxima comodidad para los enfermos; la píldora (pastillas o grajeas). El perfecto formato donde el enfermo es quien se declara enfermo y recibe desde una quietud y pasividad apabullante, la mágica solución, con una píldora de colores y un vaso de agua tomados con cierta periodicidad. Ahora también puede tomar, probar, intentar dar un paso a la memoria, conocimiento, práctica de la producción y alimentación que mira la vida. Esta publicación es un desafío a cada individuo que elija restablecer el orden en todos los planos, a partir de reinterpretar el funcionamiento de la naturaleza, como dice Jairo «Lo que ahora soñamos con la agricultura orgánica y nos puede parecer pura imaginación, en corto tiempo será una práctica cotidiana y verdadera». A retomar el camino de lo biológico, natural, de la vida en comunidad, de respeto por la naturaleza y sus tramas creadoras. A ser un verdadero generador de la vida para la salud de su cuerpo y de su entorno. Son píldoras también, que no deben tomarse rápidamente. Se deben leer, releer, repetir, reflexionar, declamar en viva voz, murmurar en los pasillos de edificios y en los caminos polvorientos, cantar en el baño, metabolizar en la bioconciencia planetaria.