En Alemania como en Argentina, mujeres sindicalistas todavía luchan por espacio

Sybille Stamm, sindicalista con larga experiência en Alemania, fue recibida por trabajadoras de la Central de Trabajadores Argentinos en el marco de las actividades de la apertura de la Oficina de la Fundación Rosa Luxemburgo de Buenos Aires

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Sibylle (centro) con las compañeras de la CTA en la marcha de las Madres de la Plaza de Mayo


Por Nadia Fink
El martes 1 de diciembre el calor caía fuerte sobre la Ciudad de Buenos Aires. En un receso del Seminario “Derechos Humanos, ayer y hoy”, Sybille Stamm, parte del Consejo Directivo de la Fundación Rosa Luxemburgo (en Alemania), fue hacia la sede de la Central de Trabajadores  Argentinos (CTA-Capital), a conocer a las compañeras que forman parte de la Secretaría de Género y a interiorizarse sobre el funcionamiento de los sindicatos en el país.
Sybille proviene de esa tradición sindical, “de esa lucha”, como gusta mencionar: Por un lado del sindicato IG Metall, el más grande de Alemania. Y hasta hace dos años fue representante de Ver.di, el sindicato más grande de servicios y el segundo en general. Durante todo ese tiempo su lucha se centró (y se centra) en los derechos de las mujeres dentro de los sindicatos, y su pensamiento feminista es cercano a Frigga Haug. Al llegar a la CTA, la recibieron Jorgelina, Laura y Rosalía. Sybille fue acompañada por la traductora, Lisa, quien participó activamente de la charla.
Sentadas en una mesa redonda, con un mate que circulaba y que Sibylle se animó a probar por primera vez (“Es como una pipa de la paz que pasa de boca en boca”, dijo mientras asistía al ritual de tomar mate), iniciaron las presentaciones. Primero fue el turno de Jorgelina Sosa, quien es la Secretaria de Género de CTA-Capital, y de Rosalía, quien es parte de la Secretaría también. Luego lo hizo Laura García Tuñón, Directora de Género Nacional y hasta hace dos diputada de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy continúa en un cargo institucional de coordinación comunitaria y desde allí realiza un trabajo articulado con la CTA.
Sibylle
Fue el turno de Sybille quien, además de presentar su trayectoria dentro del ámbito sindical, aclaró: “Soy feminista con formación marxista”. Con la idea de profundizar en el tema, aclaró que contaba con poca información sobre los sindicatos de la Argentina, por eso su primera pregunta consistió en que le explicaran un poco esa historia y esa forma de organización en la actualidad.
Fue Laura quien tomó la palabra para contarle que “en la Argentina hay una larga tradición de la organización sindical, con una impronta que proviene fuertemente de los anarquistas y socialistas que vinieron desde Europa”. Los inicios sindicales, comentó: “son de 1880, aproximadamente, sobre todo con esa impronta de los inmigrantes”. “Luego, con los años, se empezó a conformar el Estado argentino y también los propios sindicatos hasta que se conformó la Confederación General del Trabajo-CGT)”, continuó su relato Laura.
Fue así como llegó el momento de la CTA: “En esos años, los sindicatos estaban muy cooptados por el sector empresario y una serie de sindicatos, trabajadores del Estado, de la educación, del neumático, judiciales, decidieron romper la CGT y armar la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que nació en 1991”, explicó.
Las preguntas de Sybille apuntaron a contrastar las tradiciones sindicales de ambos países: “¿En ese tiempo había sindicatos según orientaciones políticas o según el oficio?”, interrogó. “Según el oficio, aunque todas las agrupaciones que lo componen tienen impronta política o partidaria casi. Eran sindicatos por rama, pero hasta la CGT estaban todos juntos y había agrupaciones de izquierda u otras dentro de la misma. Y la CTA lo que intenta es hacer un modelo sindical distinto”, afirmó Laura.
Otra de las características que hicieron de la CTA una idea de un modelo distinto de sindicato tuvo que ver con la incorporación de las y los desocupados, que en los años noventa eran muy numerosos. En ese sentido, Sybille explicó que en Alemania “si alguien se queda desocupado sigue siendo parte del sindicato al que pertenece porque es su profesión”. Para mostrar las diferencias, Jorgelina explicó que en el país los sindicatos también se dividen por profesiones, pero que a las y los desocupados “no se los tomaba como trabajadores, sino que pasan a ser ex trabajadores”.
La siguiente consulta de Sybille, apuntaba a cómo es la organización de las mujeres dentro de la CTA y, también, cuáles son los temas principales y los puntos principales como mujeres que van trabajando dentro del Sindicato. Jorgelina tomó la palabra para contar lo difícil que había sido crear una Secretaría de Género (antes solían llamarla “Secretaría de la Mujer”, lo que las separaba de la articulación con sus propios compañeros hombres). Y que aún, con los avances en materia de género, cuesta que muchos compañeros acompañen las luchas y los procesos. De hecho, contaron que para el último Encuentro de Mujeres realizado en Mar del Plata tuvieron que costearse el viaje ellas mismas, por lo que hicieron desde remeras hasta peñas para juntar el dinero.
En ese sentido, Jorgelina contó que trabajan con cuatro ejes muy importantes: Trabajo y mujer; Educación y Protección Social; Violencia de Género/Derechos Sexuales y Reproductivos (en este punto incluyeron la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, que en Alemania está vigente) y el de Seguridad Social y Salud Universal.
También comentó Rosalía que, por ser parte de la Marcha Mundial de las Mujeres se trabajan puntos específicos que aúnan al mundo entero. Uno de los temas más importantes de este año fue el de la Violencia de Género, no sólo por la multitudinaria marcha que se realizó el 3 de junio bajo la consigna de “Ni una menos”, sino porque hacia adentro de la CTA ya se venía trabajando con talleres internos, también con charlas más abiertas con panelistas especializadas en el tema.
Sybille comentaba sobre su experiencia y recordaba que cuando ingresó era una entre cientos de hombres pero que hoy, en Alemania “en el sindicato metalúrgico lograron un cupo, a través del Estatuto, de aproximadamente proporcional a la cantidad de miembros: tiene que haber una representación del 30% de las mujeres también. Y en Verdi también hay un 30%”. Por otro lado, contó que en partido del que ella viene (Die Linke – La Izquierda) “las mujeres deben tener un 50% de representatividad”.
También explicó que en el caso de IG Metall, “votó este año por primera vez una mujer como Secretaria General”. Por otro lado, desarrolló los problemas que estaban teniendo las mujeres en el ámbito laboral: “La situación de mujeres cada vez más precarizadas, sobre todo en la parte de comercio, porque muchas mujeres están obligadas a trabajar medio tiempo por más que quisieran trabajar más horas para poder pagarse el costo de vida y la jubilación y no lo pueden hacer. Y hay también una extensión de las horas de trabajo en contra de las paritarias, sin respetar sus acuerdos”.
El agua del mate se iba lavando y la charla llegaba a su fin. Sibylle se mostró muy interesada en iniciar un contacto con la CTA. Por eso hizo un pequeño panorama de lo que estaba realizando la Fundación: “Tiene actividades y oficinas en 60 lugares alrededor del mundo, y tenemos 312 contrapartes. Es una Fundación que pone el eje en educación y solamente en Alemania se hicieron este año más de 2500 actividades, con más de 200 mil participantes”. Con orgullo, contó que “La Fundación hizo este año por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial un Congreso sobre feminismo marxista internacional en Berlín con más de 700 participantes y entre quienes había un grupo grande de gente de Latinoamérica”.
Llegado el momento de la partida, las compañeras de CTA llenaron de obsequios a Sybille, quien se fue con la idea de profundizar en los programas y proyectos que realizaron durante todos estos años. El sol quemaba fuerte aún cuando pisó la calle, pero el calor que se había sentido adentro, generado entre mujeres trabajadoras y sindicalistas, era más potente que los rayos de afuera.
 
 

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