La oficina de enlace de la Fundación Rosa Luxemburgo en Buenos Aires inició sus actividades con la organización de dos jornadas de reflexión y debate que culminaron en una memorable sesión en el Senado Por Florencia Puente y Elisangela Soldatelli, FRL*
Participaron del taller “Territorio y maldesarrollo” miembros de las asambleas ciudadanas contra la megaminería de Mendoza, Jáchal y Esquel, de la comunidad mapuche Winkul Newen de Neuquén, de las 33 comunidades de Salinas Grandes y Salinas de Guayatayoc de Salta y Jujuy y de la Mesa Provincial “no a las represas” de Misiones–, junto con intelectuales, activistas e investigadores/as que debatieron la problemática minera y las transformaciones del sistema energético en Argentina.
Durante los días 7 y 8 de octubre realizamos en nuestra oficina una primera jornada para identificar el escenario actual sobre megaemprendimientos extractivos y sus posibles proyecciones. Hernán Scandizzo de Observatorio Petrolero Sur brindó un panorama del sistema energético en el país y en América Latina, caracterizado por un viraje a las “energías extremas”. La explotación del Fracking en Vaca Muerta –el desarrollo más grande de América Latina de extracción de hidrocarburos no convencionales– es un caso paradigmático, pero se planteó que es preciso ampliar la visión de las energías no convencionales, ligadas hoy casi exclusivamente a la explotación a través de la fractura expuesta. La frontera extractiva en términos energéticos avanza en América Latina hacia otros sistemas energéticos extremos, tal como lo demuestra el caso de Brasil con los proyectos de explotación offshore en las costas del Atlántico.
Desde una mirada territorial intervino Relmu Ñamku, comunera mapuche que está actualmente a punto de afrontar un juicio intercultural por jurados –la primera experiencia en la región y en América toda– donde se la acusa de tentativa de homicidio y se le quieren dar 15 años de prisión por defender su territorio contra la explotación petrolera.
El caso de Relmu es uno de los tantos casos de criminalización de las resistencias frente al avance de los proyectos extractivos. Neuquén, una de las provincias petroleras por excelencia, actualmente está en “una cruzada por el desconocimiento de los derechos fundamentales del Pueblo Mapuche. De prosperar la acusación y ser condenada (Relmu), lanzar una piedra en el marco de una protesta, en Neuquén, podría ser considerado un intento de homicidio”, escribe Scandizzo.
Otro de los temas abordados fueron las megarepresas, particularmente de los proyectos en curso en la provincia de Misiones. Raúl Bregagnolo de la coordinadora “No a las represas” y Elisangela Soldatelli (FRL) expusieron el caso de Garabí-Panambí desde una mirada histórica y binacional, contemplando también los múltiples proyectos y represas existentes sobre las cuencas de los ríos Uruguay y Paraná, y las resistencias que tuvieron lugar en Brasil y Argentina desde los años 70.
En Argentina, donde la matriz fósil lidera con creces el abastecimiento de energía –superando las medias mundiales–, el tema de las represas hidroeléctricas se encuentra muy invisibilizado y poco trabajado. Además, a diferencia de Brasil, los conflictos no fueron tan extendidos y la energía hidroeléctrica se asocia de manera genérica con una posible superación de la matriz fósil, sin reparar en los graves impactos socioambientales que acarrea, ni en la naturaleza de las actuales inversiones, que determinan el para qué y para quienes se produce la energía.
En el taller del día 8, Clemente Flores, de la Comunidad el Moreno, Jujuy, relató como fue de la llegada de las empresas transnacionales para la explotación del litio en la Cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc en la Puna de Atacama, y los conflictos territoriales –protagonizados por pueblos originarios Kolla y Atacama– que esta actividad trajo aparejados.
Los/as autores/as del nuevo libro “Geopolítica del Litio” explicaron las características que tiene la explotación en el país y juntos detallaron las claves de la judicialización del conflicto y las potencialidades que tuvo, en este caso, la posibilidad de invocar el derecho de consulta libre, previa e informada, y de dar visibilidad a la problemática con la presencia del Relator Especial de la ONU, James Anaya, que en 2011 acompañó (ver a partir de 17’10») a las comunidades en el territorio y luego redactó un informe sobre la situación de los pueblos originarios en el País.
El conversatorio concluyó con los aportes de las asambleas de vecinos contra la megaminería de las provincias de Mendoza, La Rioja y Esquel. En este marco, la investigadora del CONICET Maristella Svampa brindó un panorama de las explotaciones y conflictos mineros en Argentina, donde las resistencias obtuvieron muchos éxitos en la lucha contra la mega minería, un escenario único en la región. Los efectos de Esquel (Chubut) y La Alumbrera (Catamarca) multiplicaron resistencias que se vieron expresadas en una multiplicidad de leyes que restringen la actividad minera en las diferentes provincias.
El punto de inflexión en este sentido lo constituye la Ley de Glaciares en 2010 que instala la megaminería en la agenda pública. Sin embargo, son leyes que pueden ser potencialmente derogadas (algunas de hecho ya fueron) y su constitucionalidad está siendo cuestionada. Cada escenario de conflicto fue apareciendo en el debate en las voces de sus protagonistas. Los vecinos de Jáchal (La Rioja) vinieron especialmente para comentar la situación, luego del derrame de cianuro en el rio Jáchal ocasionado por la empresa canadiense Barrick Gold.
Ni una piedra más
Los habitantes del departamento de Jáchal (Provincia de San Juan, Argentina) siguen en alerta después de la rotura, el 13 de septiembre pasado, de una cañería que conduce cianuro de la mina de oro Veladero, perteneciendo a la empresa canadiense Barrick Gold. La empresa misma admitió que 224 mil litros de solución cianurada se virtieron al río Jáchal y su afluentes, pero se confirmó a continuación que fueron un millón de litros los derramados. Un estudio técnico encargado por los municipios afectados a la Universidad de Cuyo detectó contaminación con metales. Realizado a más de 20 días del derrame estableció que contaminación de la cuenca del río Jáchal con metales pesados es de hasta 14 veces por encima de los valores tolerables según la normativa nacional.
Declaración leída durante el debate sobre la megaminería en el Senado, 8 de octubre
Jáchal es más que un nombre, es un sonido único, una desinencia telúrica que no existe en otro lugar ni tiene otro concepto, cuando se pronuncia la palabra Jáchal no hay lugar a dudas ni ambigüedades, decir Jáchal es decir piedra, cerro, río sobreviviente, jarilla, chañar y algarrobo, y gente, gente yarca, empecinada en sobrevivir como el río tenaz y tozudo.
Yarco es nuestro apellido telúrico, heredado de nuestros antepasados capayan y yacampi, y más allá de cualquier tono despectivo que use algún desinformado, ser Yarco es para todo jachallero un motivo de orgullo que nos enraíza a nuestro verdadero origen, que nos identifica desde las minúsculas gotitas sobrevivientes de nuestros primordiales.
A lo largo de nuestra historia hemos sido protagonistas de diversas páginas que han ratificado nuestra esencia solidaria y patriótica, y hoy, con un nuevo milenio ya en marcha tenemos la necesidad de expresar lo que hemos razonado y consensuado colectivamente, en fraternidad.
Alguna vez nos construyeron represas para garantizar el agua en nuestras tierras… pero no nos hicieron los canales de la red de riego.
Nos construyeron un hotel en La Ciénaga… pero nunca permitieron que se abra.
Nos pusieron una zona franca que nadie sabe donde está, se perdió.
Nos instalaron la red de gas… pero nunca la conectaron.
Estamos pagando aún la línea eléctrica industrial… pero no está a nuestra disposición, nos pasa por el costado.
Nos declararon ciudad histórica… pero nos están bajando nuestros monumentos históricos uno a uno.
Nos hicieron un matadero nuevo… pero no sirve, nunca funcionó.
Nos hicieron un parque industrial que no contiene ni siquiera el proyecto de una industria.
Nunca nos dieron herramientas para explotar nuestro potencial turístico.
En definitiva, nos mintieron sistemáticamente.
Y nos impusieron una política extractivista como única salvación… y hoy estamos viendo que no lo era, es todo lo contrario.
En definitiva, hoy tenemos derecho a pensar que todo estaba direccionado, que nos señalaron como territorio sacrificable.
Y el sacrificio de Jáchal lo incluye todo, historia, presente y futuro… piedra, río y gente yarca también.
Pero acá estamos, al filo de la historia, o tal vez en la bisagra misma de nuestra exist4ncia, con la firme decisión de seguir sobreviviendo, tenaz y tozudamente, erguidos y con la dignidad intacta.
Hoy levantamos nuestra voz, que no tiene tonada, que tiene vidala, y que puede transformarse en zonda furibundo que puede estremecer la tierra porque viene desde la misma entraña de la tierra.
Hoy nos hacemos de piedra, y decimos a quien corresponda, somos un pueblo libre y hemos decidido resistir a la condena, NO ESTAMOS DISPUESTOS A ENTRAR EN LA HISTORIA DE LOS PUEBLOS CONDENADOS AL SACRIFICIO… NO MÁS SAQUEO, NO MÁS DEVASTACIÓN… NI UNA PIEDRA MÁS.
Las reflexiones colectivas sobre las similitudes y las diferencias entre los conflictos territoriales, el escenario transversal -y cada vez más complejo- de criminalización y las proyecciones políticas y económicas en materia energética y minera brindaron un sólido punto de partida para continuar el trabajo en conjunto desde la oficina de enlace en Buenos Aires.
Los talleres estuvieron acompañados por dos debates públicos. El primero, organizado junto con el Colectivo por la Igualdad, “¿Cómo pensar la problemática energética en Argentina? Nuevas y viejas estrategias hacia la soberanía energética”, tuvo diferentes y hasta encontradas posiciones y pareceres sobre el sistema energético en el país, sus posibles transformaciones y alternativas.
Pablo Bertinat presentó un panorama general del sistema energético argentino, las múltiples asimetrías que lo caracterizan y de su crecimiento en las últimas décadas destacando la preponderante participación de los combustibles fósiles. Scandizzo se refirió a la actualidad de fracking en Vaca Muerta con el incremento del crudo, y las alternativas que propone YPF en torno a otras energías extremas. Soldatelli y Bregagnolo recuperaron la situación de la energía hidroeléctrica y, finalmente, Bruno Fornillo hizo una exposición muy polémica sobre las potencialidades de la industrialización del litio sin referir a los impactos territoriales de esta explotación, lo que generó la reacción del auditorio.
Por último, el debate público del segundo día en el Senado nacional fue muy impactante y superó ampliamente las capacidades del colmado salón del Congreso. La actividad fue organizada junto con la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado de la Nación, y abordó específicamente la problemática de la megaminería que acecha al país desde hace más de diez años. En la mesa participaron vecinos de Mendoza, Chubut (Esquel) y San Juan, acompañados por las intelectuales Maristella Svampa y Mirta Antonelli junto a los senadores Pino Solanas y Magdalena Odarda.
De acuerdo a Pablo Quintana, periodista de la radio Kalewche, “el relato conmovedor de los vecinos de Jáchal fue sin dudas el hecho sobresaliente de un evento que permitió, como pocas veces, que las instituciones gubernamentales a nivel nacional se hicieran eco de una problemática ambiental, económica y social que las asambleas ciudadanas vienen denunciando desde hace largos años”.
Las experiencias vividas a partir del derrame de cianuro producido alrededor del 13 de setiembre pasado en tierras sanjuanina provocaron la participación del público entre quienes habían también muchos/as afectados/as de San Juan. Muchos plantearon en el Senado que este incidente constituye una grieta abierta que permitirá discutir en otros términos las políticas megamineras en el país.
Estas actividades realizadas por la Fundación buscan generar, a partir del debate logrado, espacios de reflexión crítica en torno a la vulneración de derechos ligados a la expansión del extractivismo, para establecer posibles líneas de acción conjunta entre diversos espacios de organización política y social en Argentina y también en la región.
* Florencia Puente es coordenadora de proyectos y Elisangela Soldatelli, directora de la oficina de la Fundación Rosa Luxemburgo en Buenos Aires.