Hacer escuela con las semillas

La serie web Escuela de semillas nos cuenta cinco historias y experiencias en Buenos Aires y Misiones, Argentina, que reflejan la diversidad de abordajes, escalas y contextos para la defensa de las semillas criollas y nativas. La producción de esta serie se inició a finales del 2020, en una iniciativa conjunta entre la Fundación Rosa Luxemburgo, VacaBonsai Colectivo Audiovisual, Productora de la Tierra y la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM), buscando, en medio de la pandemia, contribuir a la gran cantidad de conocimientos existente alrededor de las semillas criollas y nativas, y a las experiencias llevadas adelante por diversas organizaciones en el país.

El Reciclador Urbano. Foto: VacaBonsai Colectivo Audiovisual

En un escenario nacional y latinoamericano de puja en torno a la apropiación de semillas nativas y criollas por parte de multinacionales, el patentamiento de la diversidad biológica, la concentración y avance de multinacionales que controlan el mercado de las semillas y la producción de alimentos, cientos de organizaciones, comunidades indígenas, técnicos y técnicas, recuperan los conocimientos ancestrales en torno a la conservación de las semillas, construyendo cuestionamientos sólidos y argumentados, impugnando y resistiendo al avasallamiento sobre la biodiversidad y la vida.   En todo el mundo, guardianes y guardianas resguardan y protegen sus territorios, adoptan semillas y conforman comunidad a través de las Casas de Semillas. Esa es la historia con la que iniciamos la serie.  

La Minka semillera nació hace 30 años en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Hoy cuentan con más de 80 variedades de semillas criollas, resguardadas en una Casa de Semillas, en la que la multiplicación se da de forma colectiva. La Minka pone en valor saberes de productores y productoras de la zona para reproducir y conservar semillas con altos estándares de calidad.

Foto: Productora de la tierra

La organización es el hilo conductor de todas las propuestas en distintas escalas – cooperativas, movimientos, parajes rurales, escuelas- y en el segundo capítulo de la serie, buscamos contar la experiencia del proyecto comunitario “Agricultura Integral” en Picada Santa Cruz, Misiones. Allí, productorxs locales, investigadorxs y trabajadorxs sociales, de forma colectiva construyen una experiencia integral para la producción de Semillas Soberanas y Libres de Venenos, focalizando en la producción de bioinsumos para el cuidado y maximización de la producción agroecológica y multiplicación de las semillas criollas.

Foto: VacaBonsai Colectivo Audiovisual

Las semillas son el elemento dentro de la cadena de producción de alimentos más amenazado por el modelo del agronegocio porque es allí donde los agricultores y agricultoras pierden autonomía. En todo el mundo, agricultores y agricultoras siguen reproduciendo y resguardando la base de nuestro alimento, y movimientos campesinos están produciendo -a pequeña y gran escala- para abastecer a miles de familias y hacer llegar semillas sanas a las ciudades. Desde el momento en que logran producir sus propias semillas tienen la posibilidad de planificar un futuro soberano. Las organizaciones tienen el permanente desafío de lograr construir un proceso integral y autónomo de producción de alimentos agroecológicos y a un precio justo, por ello, nos preguntamos en el tercer capítulo junto a la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT): ¿Cuál es el lugar de la producción de semillas en la estrategia de un movimiento campesino?

El Reciclador Urbano. Foto: VacaBonsai Colectivo Audiovisual

A unos 50 kilómetros de La Plata, en la ciudad de Buenos Aires, Carlos Briganti afirma, “Unx revolucionarix primero, tiene que producir su propio alimento”. En su terraza de 60 m2 en el barrio de Chacarita, lleva adelante una tarea pedagógica para mostrar que es posible producir nuestros alimentos y transformar nuestros espacios de vida urbanos. ”Un grano de semillas, es el alimento del futuro, del mañana”. Cualquier ciudad, cualquier espacio, por más chico que sea, puede albergar una semilla y también puede impulsar la producción de alimentos sanos en las veredas de las ciudades.

Minka Semillera. Foto: VacaBonsai Colectivo Audiovisual

La defensa y multiplicación de semillas nativas y criollas, ha dotado al mundo campesino de la posibilidad de mantener espacios de autonomía y resistirse a ser controlado por las multinacionales. Las cinco experiencias que compartimos son solo una pequeña muestra de la enorme creatividad y fortaleza que existe en las comunidades para proteger la biodiversidad. En la última entrega de la serie, de un camino que esperamos sea solo el inicio de este viaje, volvemos al norte de Misiones. Allí, desde hace 20 años producen, venden y resguardan semillas criollas de forma cooperativa. La conquista de la tierra en el año 2004 con la Ley de Arraigo y Colonización permitió el fortalecimiento de la organización, transformándose en un importante referente de la producción y comercialización de semillas criollas en toda la provincia. La lucha por las semillas es tan central como la lucha por la tierra, porque “la vida del pequeño productor, está atada a la semilla, a través de la semilla vivimos”.

 

Mira la serie completa aquí.

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