Durante los últimos días del mes de abril de 2022, la urbanista brasileña Raquel Rolnik nos acompañó en una gira por las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Rosario para la presentación de su último libro editado en la Argentina, “La guerra de los lugares”.
Escribe: Camila Parodi
Fotos: Lucía Fernández Ares y Camila Parodi
Su visita se centró en el reciente lanzamiento, en la Argentina, de su último libro “La guerra de los lugares: La colonización de la tierra y la vivienda en la era de las finanzas”, coeditado por la Editorial El Colectivo y Lom Ediciones con apoyo de la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo.
En ese marco, la propuesta contó con dos componentes, por un lado, la creación de instancias de exposición y presentación de las principales reflexiones de la arquitecta en diversas instituciones. Pero, también, espacios de intercambio de experiencias y construcción colectiva de conocimientos en organizaciones que resisten al avance del sistema inmobiliario y financiero sobre sus territorios. Una suerte de polifonía urbana que marcó las principales problemáticas en torno al acceso a la vivienda como derecho, la construcción social del hábitat y las resistencias populares a la especulación y financiarización sobre el suelo urbano.
Buenos Aires: Una ciudad para el deseo
El recorrido comenzó por la Ciudad de Buenos Aires con una mesa redonda en el Parque de la Estación. Un intercambio entre Raquel Rolnik junto a la activista trans y Subsecretaria de políticas de diversidad del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, Alba Rueda, la Arquitecta, e Investigadora del Centro de Estudios del Hábitat y la Vivienda, Guadalupe Realini, las investigadoras feministas y autoras del libro “Una lectura feminista de la deuda”, Verónica Gago y Luci Cavallero y la investigadora en políticas del hábitat, integrante del MOI y autora del libro “Autogestión, políticas de hábitat y transformación social”, María Carla Rodríguez.
En su intervención, Rolnik, sostuvo que la idea de la propiedad privada en la ciudad funciona como base del actual modelo político, una de las principales hipótesis del libro. “Hoy el proyecto de ciudad niega todo lo que es común y colectivo, lo que no es extractivo, lo que se opone a la vida y el cuidado” manifestó. Es así, que este modelo “determina la negación de otras formas de vínculo entre las personas y el territorio”. De esta manera, para la arquitecta brasileña, cualquier forma de “uso o apropiación del territorio que no es privada, es criminalizada”.
Compartimos la intervención de Raquel:
En ese marco, el modelo se construye a partir de la vivienda como una mercancía y, en la actualidad, toma más fuerza aún como activo financiero. Por eso, para la autora de “La guerra de los lugares” es necesario hablar y llevar a la práctica formas de desfinanciarización de la vivienda: “En la ciudad estamos compitiendo con el capital financiero transnacional, por eso los precios de alquiler no tienen nada que ver” porque “el espacio funciona como vehículo de la financiarización”. En ese sentido, explica Rolnik, “hay que crear espacios libres de la financiarización para desmantelar al sistema capitalista donde el espacio y la vivienda tienen un rol central en los circuitos financieros mundiales”. El llamado es a la acción: “Proyectar, ocupar y apropiarse del espacio como bien común para la vida”, señaló.
A continuación, la arquitecta brasileña presentó su libro en la Legislatura de Buenos Aires junto a la Garganta Poderosa, Proyecto 7, CEAPI y CELS, y lxs legisladorxs Manuel Socias y Ofelia Fernandez. Allí Rolnik apuntó con una de las propuestas que sostendrá a lo largo de su gira: “Es muy necesario imaginar una acción, nuestra paralización ante este escenario muy distópico es parte del juego”. Y explicó que en la Ciudad de Buenos Aires, “hay mucho movimiento, cooperativas, organización de personas que viven en la calle, urbanización popular en las villas y necesita ser fortalecido.”
Córdoba: El encuentro para la organización
Próxima estación Córdoba. La visita continuó por el barrio popular “Parque las Rosas” allí desde el Encuentro de Organizaciones acompañan el proceso de urbanización como una forma de resistencia y organización para ejercer su derecho a la ciudad. “Nos subimos a un colectivo, caminamos y caminamos hasta llegar a las afueras de lo que llaman ciudad capital” explicó Raquel Rolnik en su intervención en la Universidad de Córdoba. Destaca que allí existe un “esfuerzo descomunal de hacer ciudad” y que se debe, sobre todo, al liderazgo femenino que crea vínculos solidarios y colectivos para la vida.
El barrio Parque las Rosas, que comenzó como una toma de tierras se encuentra separado por un muro de tres kilómetros de largo que lo divide de un barrio privado. Para la arquitecta no hay metáfora: “¡Esa es la guerra de los lugares! Es una síntesis -y se pregunta- ¿estaremos en la misma ciudad?”. Su explicación es simple, “la pobreza y la desigualdad son respuesta a la acumulación absurda de la riqueza”. La descripción es muy gráfica y nos habla del momento en el que nos encontramos donde, “conviven” un barrio con escuelas y centros comerciales, en frente de otro donde las personas (sobre)viven sin cloacas ni agua. Esa es la conexión que Rolnik quiere destacar: “Una existe porque la otra existe, los procesos de acumulacion presuponen procesos de desposeción y discriminación que se dan en una ciudad que fue dibujada desde una perspectiva blanca, europea y masculina”. Donde se oponen, la construcción de “paisajes para la renta” mientras resisten “los paisajes para la vida: esta es la guerra de los lugares” agrega. En la presentación “Toda casa es política” que se realizó en la Universidad Nacional de Córdoba junto a la arquitecta feminista Ana Falú, la militante del Encuentro de Organizaciones, Sandra González y la coordinadora de proyectos de la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo, Ana María Vásquez Duplat, Rolnik reforzó este enunciado.
A lo largo de la charla sostuvo que, si bien estamos en “La guerra de los lugares” es necesario comprender que “no solo hay acumulación y avance sobre nuestros territorios, también hay resistencias: Espacios protegidos que bloquean la financiarización para cuidar la vida”. Por eso, para la investigadora, no tenemos que ver “únicamente un proceso de desplazamiento”, hay que ver y acompañar al proceso paralelo “de ocupación, de construcción de vida y comunidad que no se organizan a través de la deuda». Una iniciativa que repite como mantra el lema brasilero: “Ocupar, resistir, producir”. Para Rolnik son formas de “existencia y vínculo con el territorio que experimentan que existe otra forma de vivenciar el planeta en medio de la crisis ambiental, política y sanitaria, es posible.»
Rosario: Resistencias presentes, ciudades futuras
Final del viaje, Rosario. La recorrida comenzó con una charla magistral en el Consejo Municipal de Rosario junto a lxs consejerxs María Eugenia Schmuck y Juan Monteverde. Allí la investigadora concluyó con una de sus propuestas principales: “Ya no existe una lógica financiera por un lado e inmobiliaria por el otro, ahora es un complejo financiero inmobiliario global. Es una muralla de dinero que baja en construcciones urbanas». Y es, precisamente en el complejo financiero inmobiliario, “donde está la conexión con la ciudad».
Para Rolnik, «la ciudad dejó de ser un lugar para vivir, para ser un lugar para la construcción de un paisaje para la venta». Por este motivo, “los precios de los alquileres en Argentina no tienen nada que ver con la inflación, aumentan en todo el mundo, estamos hablando del impacto de la financiarización. El espacio se ha convertido en un activo financiero”. Y agregó, desde Rosario, que “una parte muy importante del complejo financiero inmobiliario es el excedente producido por el narcotráfico en los territorios populares.»
En esta guerra de los lugares, como advirtió a lo largo de su gira, las redes de solidaridad y cuidado en los territorios populares son muy importantes. En ese sentido, su visita finalizó en el Barrio Nuevo Alberdi que se encuentra en un proceso de urbanización motorizado por la comunidad y la organización Ciudad Futura.
Allí, en la manzana 33 del Barrio Nuevo Alberdi -un espacio que resistió a un desalojo y logró su reconocimiento- una vecina le explica a la urbanista: «Éramos invisibles, nadie sabía dónde estábamos, no llegaban las ambulancias ni remises». Al organizarse frente al intento de desalojo, las vecinas lograron exigir el acceso a derechos básicos y la construcción de espacios para la comunidad. En el intercambio, Raquel Rolnik explica que luchar por la urbanización y organizarse es una forma de visibilizarse: «Luchar por la urbanización es luchar por existir» sostuvo. Para Rolnik, la organización y ocupación del territorio es una manera de existir. “Con la resistencia a los regímenes de control territorial -concluyó- se bloquean la entrada de los activos financieros y se construyen los paisajes para la vida.”
Raquel en el programa radial «Aquí y ahora, Nuevo Alberdi»:
Bonus track: Raquel Rolnik y Juan Grabois sobre la Ley de Alquileres