Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza

El día estaba caluroso en Santiago, diversas personas se movían de un lado a otro para hermosear el lugar. Entre banderines de diversos colores y alimentos, las compañeras de ANAMURI dejaron todo listo para poder recibir a las asistentes. Antes de comenzar con la ceremonia de apertura, Alicia Muñoz, traza sobre una tela verde el símbolo emblematico del movimiento feminista y coloca cuidadosamente flores a su alrededor.

Tierra, agua, semillas y otras, fueron parte del altar que estaba frente al escenario, el que deslumbraba banderas diversas que representaban la diversidad de las organizaciones pero también la diversidad de luchas que convergieron en el encuentro; luchadoras por el agua, por el pueblo mapuche, por la vivienda, etc. 

Pronto la gente comenzó a llegar ocupando todos los asientos que se encontraban disponibles en el lugar. En una instancia solemne, se terminó leyendo un pequeño papel al unísono “Sin miedo y con convicción, abrimos el camino al Feminismo Campesino y Popular, construimos Soberanía Alimentaria y luchamos contra la crisis y las violencias”, terminando con un enérgico “Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza”, sin titubeos, sin dudas.

Comenzaban las palabras de apertura. Florencia Puente, desde la Fundación Rosa Luxemburgo cerró la tanda de palabras con una frase concisa “para nosotras, la Fundación, el feminismo siempre fue la estrategia política de unidad y resistencia que nos toca en este contexto político y en eso confiamos”. 

La jornada de discusión ya comenzaba y los balances estaban a la vuelta de la esquina. Una hora y media exactamente demoraron en hacer el primer balance feminista sobre el proceso constituyente y el escenario político actual. Cada grupo definió su propia dinámica pero todos tenían las mismas preguntas: ¿Cuáles fueron los efectos y avances del ciclo de movilizaciones feministas? ¿Cuál es el balance del proceso constituyente? ¿Por qué avanzan las derechas?. 

Sin perder ni un momento, todas escuchaban cada una de las palabras y ocupaban sus dos minutos para explayarse mientras las demás, en su mayoría, tomaban notas. Hace mucho tiempo que el movimiento feminista en su conjunto no se juntaba en pleno para conversar, debatir y trenzar, todas lo sabían, se sentía en el aire esa convicción  colectiva de por fin estar juntas. El encuentro buscaba eso, trenzar de manera colectiva un horizonte común y esta jornada era el puntapié para agruparse, conocerse y cimentar criterios para lo que seguía. 

El sol amainó, pero la sensación de calor mantenía una botella de agua fría obligada en la mayoría de las sillas, el calor no cedía. Los grupos, uno a uno, fueron cerrando sus síntesis para seguir con la jornada que prometía aún más que, incluso, estar juntas; la charla inaugural. 

Streaming listo. Las invitadas ya habían llegado. En la instancia moderada por María José Azocar expusieron Carola Rackete; Eurodiputada, Luci Cavallero de Ni Una Menos Argentina  e invitadas nacionales como la Diputada Emilia Schneider, la Ex Presidenta de la Convención Constitucional Elisa Loncon, Francisca Rodríguez de ANAMURI, Vanessa Gonzaléz de Organización Migrantas. 

 

Desde migración, la realidad de las mujeres mapuches, el escenario del movimiento feminista en Argentina y Europa fueron parte de los topicos. Todas traían su intervención preparada. La primera fue Francisca Rodríguez que relevó la importancia del feminismo de clase y campesino. La siguió Luci Cavallero, “tenemos una tarea muy importante como feministas, trabajar  y afirmarnos en los puntos de politización que ha dado este movimiento”, comentó. 

La diputada Schneider rescató la importancia del movimiento feminista en su rol de resistencia y porqué culpar -a las feministas- de la derrota del 4 de septiembre era el camino fácil. En cuanto a las invitadas internacionales, Carola Rackete destacó que el feminismo en Europa debe ser un levantamiento popular y por supuesto, comprender a las mujeres racializadas. Vanessa Gonzalez desde Organización Migrantas fue la penúltima palabra, “tenemos que hablar de la lucha antirracista, porque hay personas con el deseo de vivir en paz. Las feministas insistimos en crear otras formas de vida, que resistan al ultranacionalismo y al fascismo”.

Por supuesto, la intervención más esperada tenía nombre y apellido, Elisa Loncon, la expresidenta de la Convención Constitucional. Fue sólo decir su nombre para que la ovación fuera instantánea, duró aproximadamente 2 minutos,  de inmediato se levantó y tomó la palabra. En un regaño que sólo se puede permitir una exponente como ella, cuestionó el rol del movimiento en la persecución hacia ella luego de su exposición en la convención y la falta de un proyecto político de izquierda. 

“Tenemos que darnos cuenta que los discursos de la élite son un discurso falso, en contra de los pobres y en contra de nosotras”, esbozó. “Tenemos que reforzar la solidaridad en las mujeres, los hombres, en las diversidades. No podemos dejar que esos valores, que son nuestros, ellos los manipulen”, exclamó la académica, en un escenario que le daba frente a más de 150 personas; de mujeres, hombres y niñeces.

La jornada se cerró entre abrazos, fotos y cánticos. Tal como se abrió la segunda jornada. 

El reloj marcaba las 11.30 de la mañana, el registro estaba expedito y sólo bastaba que se diera el vamos a la segunda jornada. “Compañeras, por favor, acercarse para que podamos comenzar” en la voz de Francisca Fernández, una voz fuerte y decidida que logra agrupar a nuevamente 200 personas en el encuentro internacional que había comenzado el día anterior. 

Rápidamente, todas las personas presentes se sumieron en un canto al unísono al compás de las palmas. Se presentan los elementos y en medio de un saludo al sol, se comienza a cantar “dicen que los del norte somos callados pero cuando nos joden nos levantamos…” desde la voz de Evelyn Cornejo, artista argentina invitada al encuentro. Los rituales son importantes para el movimiento feminista, se entienden como espacios de contención  y por sobre todo de compañerismo. 

Se explicaron los módulos y cómo se organizaría la primera parte de la jornada. Crisis climatica y luchas socioambientales, cuidados y lucha sindical, violencias patriarcales y derechos sexuales y reproductivos, institucionalidad feminista, crisis habitacional y guerras, genocidio y horizontes de paz fueron abordados en este ciclo; todos se llenaron. La transversalidad de temas permitió que luego cada espacio pudiera presentar la síntesis en una instancia de plenaria. 

La mayoría de ellas se caracterizaron por tener un punto en común; la necesidad de articularse y comenzar a dialogar entre las diversas organizaciones era urgente frente al escenario dónde la ultraderecha parece hacerle más sentido a los sectores más populares de nuestro país, entendiendo que el feminismo ha sido un actor determinante para frenarlos. Era el principal objetivo del encuentro. 

“Llegó el almuerzo” fue suficiente para que se corriera la voz y se hiciera una fila ordenada para comenzar a comer. Distribuidas en distintos lugares del Centro Cultural de Recoleta, lugar escogido precisamente para poder descentralizar los encuentros, mujeres de diversas regiones y países compartían lo que sería el espacio de medio tiempo de la instancia, ya todo llegaba su fin y estaba marcado por un ambiente de esperanza y camaradería. Si hay algo que sabe el movimiento feminista, es que a pesar de las diferencias políticas que se presenten en el debate, la de al lado es compañera. 

¿Qué es una jornada sin pensar en la praxis política? El penúltimo bloque y la sección bautizada como “Herramientas para construir el presente y el futuro que deseamos” ya comenzaba, un espacio dónde se buscaba formar, debatir y crear horizontes futuros. Construir alianzas feministas con hombres frente a la extrema derecha, ¿Cómo habitamos el internet? Y ¿Cual es el valor de los archivos para el movimiento feminista frente al olvido? Fueron parte de las preguntas que tuvo que contestar el colectivo. 

“Se me cayeron un montón de fichas, yo la última vez que vine fue cinco días antes de la revuelta; vine a hablar con secundarios y se sentía algo en la calle. Ahora volvimos, y pasaron un montón de cosas; entre ellas como en diversos países se culpa a ciertos sectores que sí apostaron por radicalizar la democracia. Nosotras nos vamos a Argentina con la frente en alto, con orgullo del proceso constituyente que ustedes, nuestras compañeras, hicieron en este lado de la cordillera”, mencionó Lucy Cavallero, de Ni Una Menos Argentina, en la última instancia de plenaria del encuentro. 

Las conclusiones abundaron en un lugar dónde las luchas se encontraban cara a cara. Crisis climática; luchar contra la mercantilización de la naturaleza y por tanto, de la vida. Cuidados y luchas sindicales; fortalecer la formación política de nuestras compañeras y la organización autónoma. Guerras, genocidios y horizontes de paz; romper relación con Israel, hacer activismo permanente y recuperar el boicot, retomar la perspectiva antiimperialista de la izquierda. Derecho a la vivienda; articularnos entre organizaciones y poder llegar a los diversos territorios. Institucionalidad feminista; ampliar alianzas y díalogos. Derechos Sexuales y Reproductivos y violencias patriarcales; territorializar la lucha y buscar estrategias contras las hegemonías. 

Una joven se acerca y toma el micrófono, con una voz dulce Javiera Manzi, parte de la organización del encuentro, cerró el espacio de plenaria con las siguientes palabras “Cuando las feministas levantan la consigna -en la dictadura- “Democracia en el país y en casa y en la cama”, hay una vocación de ampliar el horizonte democratico y hoy, cuando vemos un giro autoritario a nivel global, debemos pensar y radicalizar nuestros horizontes democráticos, ese era el fin de este encuentro”.

La clausura estuvo cargada de mística pero también de energía, la Colectiva Cueca Sola irrumpió en el espacio, con un silencio rotundo  hasta llegar al escenario; en sus cuellos colgaban fotos de diversas exponentes; Nicole Saavedra, Macarena Valdés, Emilia Bau y otras. El acto conmocionó a todo el público, quien miraba a los ojos a compañeras que vestían de negro, con pañuelos rojos y verdes mientras en el sonido se escuchaba la “cueca sola”, canción que tiene su origen en las organizaciones de mujeres que buscan justicia y verdad para encontrar a sus familiares detenidos. El silencio tomó el lugar, aunque no por mucho. 

Rosario Sanchez se tomó el lugar y rompió el hielo haciendo lo que hace excelente; hacer reír, luego de terminar su rutina, le pidieron que siguiera porque la gente no dejaba de reír, su humor es transversal. Todas, desde las más jóvenes hasta las más adultas, un humor sin tapujos para el disfrute intergeneracional. El broche de oro lo puso la rapera argentina Eve Chasqui que terminó el encuentro al ritmo de la cumbia villera y el histórico canto “Mujeres contra la violencia, mujeres contra el capital, mujeres contra el machismo, contra el terrorismo neoliberal,  con todo el auditorio de pie.