El próximo 1° de marzo marcará el inicio de un nuevo gobierno progresista en Uruguay, siendo la cuarta vez que esta corriente política asume el liderazgo del país. En el ámbito de política exterior, ya se vislumbran cambios que apuntan hacia una dirección diferente. El gobierno saliente, de orientación conservadora, optó por una estrategia de aislamiento, priorizando decisiones unilaterales en lugar de fortalecer los mecanismos de integración regional.
Se espera que la nueva administración reactive la agenda de integración regional, un desafío clave en un escenario geopolítico cada vez más complejo y caracterizado por una creciente competencia entre potencias.
En el marco del ciclo «Uruguay hacia una nueva etapa», dialogamos con Pablo Álvarez, politólogo y delegado principal de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio, quien compartió su visión sobre el rol de Uruguay en la región y los desafíos que se presentan en esta nueva etapa.