Elecciones en Alemania: Un cortafuegos contra la ultraderecha

Redacción Canal Abierto | Este domingo 23, en Alemania, tendrán lugar las elecciones anticipadas al Bundestag -la Cámara Baja del Parlamento Federal-, en la cual se eligen los diputados que a su vez decidirán quién será el o la reemplazante de Olaf Scholz, el actual canciller alemán, representante del Partido Socialdemocrata (SPD) al frente de la coalición gobierno. 

Son sólo cuatro los partidos que proponen candidatos a canciller. Friederich Merz, postulante de la alianza de centroderecha conformada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Cristianosocial (CSU), está primero en los sondeos. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con Alice Weidel a la cabeza ocupa el segundo puesto en las preferencias. Scholz, al frente de la otrora poderosa SPD, se ubica tercero en las encuestas de intención de voto y en cuarto lugar se ubican Los Verdes con su candidato, el ecologista Robert Habeck. De confirmarse los guarismos provistos por las encuestas, ninguna fuerza obtendrá mayoría para gobernar y deberá buscar alianzas.

Torge Löding, es jefe de la oficina regional en Buenos Aires de la Fundación Rosa Luxemburgo. Es periodista y licenciado en Comunicación, Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad Libre de Berlín. Lo invitamos para entender qué está en juego en estos comicios. 

Esta elección tiene una particularidad preocupante, es la primera desde 1949, cuando se constituye la república federal, en que la extrema derecha está en segundo lugar en las encuestas, ¿puede llegar a tener Alemania un canciller de ultra derecha?

-No hay chance alguna de tener un canciller, hombre o mujer, de la extrema derecha. No es posible. Nos espera un escenario político muy complicado después de las elecciones, pero no vamos a tener un canciller de la extrema derecha.

Primero, contanos cómo funciona el sistema electoral en Alemania, ¿qué es lo que se va a elegir el domingo?

-Vamos a celebrar elecciones generales anticipadas. A fines del año pasado se rompió la coalición llamada semáforo -compuesta por la Socialdemocracia (rojo), el Partido Liberal (amarillo) y el Partido Verde- y se convocaron elecciones anticipadas a una velocidad nunca vista en Alemania. La ruptura se produjo a expensas del giro político muy dudoso de los liberales con el ministro de Finanzas Christian Lindner a la cabeza.

Lo que se elige son los diputados; cada lista tiene un candidato principal y entre estos candidatos uno será elegido por el parlamento como canciller, como jefe de gobierno de Alemania. No somos un sistema presidencial, es puramente parlamentario. Siempre, hasta hoy, fue necesario crear una coalición de dos, tres partidos para formar gobierno.

La guerra en Ucrania, la situación económica y la cuestión de la inmigración aparecen como factores que inciden en la elección. ¿Cómo pesa cada uno de esos factores?

-El tema que sin duda domina todo el debate actual es el tema de la inmigración. En menos de un año hubo cinco atentados muy violentos cometidos por inmigrantes. Las respuestas políticas de casi todos los partidos, salvo Die Linke, proyectan una visión en que se piensa que si cerramos las fronteras, estos problemas van a desaparecer. 

En las comunas que tienen que hospedar a la gente migrante que viene a Alemania -que en los últimos dos años bajó considerablemente- existe una falta de financiamiento. Entonces, las políticas públicas para atender a la gente que viene con necesidades no son las adecuados.

El tema de la migración polariza mucho a la sociedad y, lamentablemente, tanto los verdes como los socialdemócratas están de acuerdo con la derecha que dice que es necesario expulsar gente de Alemania, es necesario cerrar las fronteras de alguna forma.

Existen matices, claro, la extrema derecha hace propuestas en contra de las leyes de la Unión Europea. 

En segundo lugar, sin duda, está el tema de la economía porque Alemania entró en una recesión muy fuerte. Ya son 3 años y está vinculado a la guerra de Rusia contra Ucrania. Primero hubo una etapa de inflación, que bajó pero el costo de vida explotó, sobre todo los gastos en energía debido a la falta de la importación de gas y petróleo proveniente de Rusia.

¿Este crecimiento en las encuestas de la extrema derecha a qué responde?

-Hay varias razones. Una razón muy importante es la decepción de la gente; se esperaba una mejora de la situación en general, una transformación social, ecológica, de la economía y de la sociedad alemana, que con bastante entusiasmo recibió a la coalición semáforo hace 3 años, y no funcionó.

Hubo razones externas sin duda, pero a fin de cuentas la agenda del partido liberal, muy ultra neoliberal, impidió avanzar en muchas cosas. Ellos marcaron la política de gobierno siendo la fuerza más pequeña.

La desilusión con los partidos del campo progresista permitió el crecimiento de Alternativa por Alemania (AfD), que en realidad no es una alternativa para nadie. La guerra Rusia-Ucrania sin duda tiene ahí su importancia porque la extrema derecha juega mucho esta carta de la preocupación de la gente con una posible escalada de la guerra y se visten como un partido de paz y no lo son.