A 100 años del libro «Imperialismo – Fase superior del capitalismo“ de Lenin se realizó el viernes 20 de mayo un seminario acerca del Imperialismo hoy. Reconocidos investigadores nacionales e internacionales, dirigentes sindicales y sociales debatieron la actualidad del tema en todas sus facetas con el objetivo de poder intervenir efectivamente en la realidad del pueblo para transformarla
Por FISyP
Cuesta resumir un debate tan variado y rico, partiendo desde un análisis profundo. Sin embargo, algunos puntos se expresaron con mayor énfasis: Así es que prevaleció la preocupación por la situación dramática por la cual está pasando la región y se recordó que no se trata de un hecho aislado, ya que la crisis es mundial y civilizatoria. Crisis generada por un sistema que impone la lógica de la acumulación capitalista por sobre todo, que depreda la naturaleza, super explota a los trabajadores y ejerce un control social a través del consumo y los medios masivos de comunicación.
Además, mediante acuerdos de libre comercio, que hoy en día proliferan con una velocidad alarmante, los países centrales imperialistas pretenden atar a los pueblos a una estructura económica y un modelo productivo, que únicamente beneficia a los capitales transnacionales y va en detrimento de la salud, la protección de la naturaleza, de las industrias de interés nacional con sus medianas y pequeñas empresas, en detrimento de la soberanía nacional de los países y los pueblos.
Se argumentó que, sin embargo, el imperialismo –como lo había explicado Lenin– es la etapa de la crisis y decadencia del sistema capitalista, una etapa en la cual la guerra es un elemento sustancial, Esta realidad debería llevar a un cambio de época, a una revolución global que requiere que los trabajadores del mundo se conformen como fuerza global en contra del capital, y se exhortó a que aunque el camino de la construcción de otro sistema sea difícil, nunca hay que perder el optimismo militante. Haciendo alusión a la frase de la compañera hondureña asesinada Berta Cáceres se rememoró: «Nos tienen miedo porque no les tenemos miedo».
Volviendo al sistema capitalista, se analizó que uno de los problemas de fondo es la propiedad privada que genera escasez y lleva a la mercantilización de la vida, ya que en última instancia, todo tiene dueño, hasta el agua y las semillas. En ese sentido, se puso en consideración que ya Lenin había dicho que el imperialismo era en su esencia un capitalismo monopólico que desde la esfera económica se apropiaba de todos los demás ámbitos de la vida.
En este contexto, se puso especial énfasis en el hecho de que la producción capitalista pone en peligro la supervivencia humana, y más aún, que ya hoy en día se está exterminando la considerada como “población sobrante“ que no le es útil al sistema en su reproducción. Haciendo referencia a este último punto, se expuso que no son solamente los desempleados y pobres los que de acuerdo a esa concepción: “sobran“, sino también los investigadores y trabajadores que no generan ganancia para las grandes transnacionales.
Otro problema neurálgico de nuestros tiempos que se tocó, es el poder financiero, o sea la fusión entre el poder bancario y el poder industrial. También estuvo presente el debate acerca de Argentina, como país capitalista dependiente que a diferencia de los países del centro, no tiene la posibilidad de descargar sus contradicciones a otros países para mantener una cierta paz social (relativa) como ocurre con los países centrales.
Muchas intervenciones concluyeron con la necesidad urgente de estudiar el imperialismo actual, que hoy en día y desde los años 90 porta como eufemismo el nombre de “globalización“. Se llamó a ser realista, ya que la cuestión hoy en día es una vez más “revolución o barbarie“ y actualmente el mundo avanza claramente más hacia la barbarie. Pero no solamente son las guerras y la destrucción masiva del hábitat que demuestran eso, sino también la creciente sobreexplotación de los trabajadores del sur, a tal punto que hoy en día 79% de los trabajadores industriales y 83% de los trabajadores manufactureros viven en el sur.
Es el pago de los trabajadores por debajo del nivel de su productividad que le ha generado ganancias obscenas al capital en las últimas décadas. Partiendo de ese punto, se analizó la cultura de la competencia, inherente al sistema capitalista, que hoy en día llegó a la lógica extrema de que hay que liquidar al que uno tiene al lado para sobrevivir. En este contexto, se recordó que en América Latina están activos más de 70 “Think Tank“, que aportan con sus informes, actividades públicas y hasta universidades a la construcción y difusión del pensamiento individualista, meritocrático, de las benevolencias del mercado libre y la competencia.Pensando en la construcción de otro sistema, es fundamental entonces asumir la batalla de ideas y crear teorías y prácticas contrahegemónicas.
Finalizando el seminario, se reiteró que los tiempos actuales son tiempos de subsunción de la naturaleza, del trabajo y del consumo a la lógica del capital, pero que por el otro lado hay una enorme cantidad de procesos emancipadores para estudiar con el objetivo de poder responder al «¿Qué hacer?», pregunta que Lenin ya se hizo hace más de 110 años y que aún no ha perdido vigencia.
Foto: Instituto IEF-CT