Vilma Reis: “No son los capitalistas los que van a decidir la elección en Brasil, somos nosotras”

Ilustración: Emitxin

Por Luciana Peker

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Vilma Reis es feminista, defensora de los derechos humanos, socióloga, máster del Doctorado en Sociología de las Relaciones Raciales y pertenece a la Organización de Mujeres Negras por los Derechos Humanos e ingresó en el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, en el 2007. 

Ella fue Presidenta del Consejo Estatal para el desarrollo de la comunidad negra. Fue elegida, dos veces, Defensora del Pueblo por organizaciones de la sociedad civil. Fue reconocida con la Medalla «Zumbi dos Palmares» por su lucha contra el racismo, el genocidio de la juventud negra y la defensa de la comunidad LGBTTQ. Uno de sus lemas es: “Entender las soluciones es más fácil cuando convivimos con los problemas la vida entera”. 

Nació en 1969, en Salvador, capital del Estado de Bahía, en el nordeste brasileño. Creció en el Recôncavo de Bahía (el área metropolitana) en donde el 90% son mujeres negras. Su papá fue un sindicalista ferroviario y su mamá una feriante que vendía verduras y frutas en la calle. 

A los 15 años comenzó a participar en el movimiento estudiantil. Hace 37 años que milita en la secundaria, la universidad, los feminismos, el movimiento de mujeres negras y la política. “Soy una mujer negra, feminista, anticapitalista, de izquierda”, se define. “Soy socióloga, profesora, educadora” relata. “Estoy en el espacio de la universidad y en los movimientos populares”, describe.

“Es importantísimo que la izquierda tradicional tenga una discusión horizontal con las mujeres negras, con las indígenas, los yanomamis, los guarayos, los pataxó, etc. No son los capitalistas los que están decididos a elegir a Lula. Somos nosotras”, define sobre las elecciones en Brasil. 

¿Qué cambios son centrales en Brasil? “Es fundamental hacer una reforma agraria, la legalización de las quilombolas, los territorios tradicionales indígenas y la pesca artesanal. También es central discutir las políticas de drogas en Brasil y el encarcelamiento de los jóvenes. Hay 830.000 jóvenes negros en la prisión. En el sistema de justicia de Brasil tenemos 2,1 millones de personas negras implicadas en la justicia criminal”. 

 

– ¿La guerra contra la droga trae como consecuencia la criminalización de los jóvenes negros?

-La guerra contra las drogas es la guerra contra los negros y empobrecidos de este país. El 72% del país vive con un salario mínimo o, como mucho, dos. 

– ¿Por qué nombra, en sus investigaciones, al estado como viciado en vez de a los consumidores como viciosos?

– Cuando estuve en la Defensoría Pública del Estado de Bahía mi trabajo fue sobre la política de seguridad pública y la guerra de las drogas y el título fue “Viciado por el Estado”.  El tema es que los jefes de la seguridad pública ejercieron movimientos de control en los barrios negros de Salvador.

– ¿Cómo empezó su participación en el feminismo?

– En 1997 organizamos el XII Encuentro Nacional Feminista, con la participación de 722 mujeres y delegaciones de 25 países, y fue la primera vez que tuvimos una comisión con la mayoría constituida por mujeres negras. Desde esa época continuó el movimiento de las mujeres negras. 

– ¿Cómo se enlaza con la lucha anti racista?

– Con un grupo de la universidad federal iniciamos una escuela de formación para enfrentar el racismo, cambiar la escuela y discutir sobre la diáspora de África. Después fui profesora de la universidad, en Chapada Diamantina, el centro de Bahía y promovimos un trabajo con 21 comunidades quilombolas donde trabajé por diez años, al mismo tiempo que en la escuela y la universidad. 

-En Salvador tiene mayoría de mujeres negras y apenas hay dos mujeres negras representantes en la legislatura municipal. ¿Cómo se produce esta disociación entre población y representación?

-En el municipio hay 43 legisladores y solo 7 mujeres y, entre las 7, solo 2 mujeres negras. 

– ¿Por qué lanzó una precandidatura para ser alcaldesa de Salvador y fue un objetivo tan difícil?

-Fue como la guerra. Los hombres nos decían: “No, no es posible” y nosotras sostuvimos el debate. Y ahora tenemos la pre candidatura para ser diputada federal en el Congreso Nacional.

– ¿Qué le piden las mujeres negras a Lula?

-Paridad racial y de género.

– ¿Qué se necesita para construir esa paridad?

-Es necesario repartir el fondo electoral con justicia. Los candidatos blancos tienen mucha, mucha, mucha plata. Y las mujeres negras e indígenas casi nada de plata. Nosotras trabajamos toda la semana para viajar sábado y domingo. No tenemos plata para sustentar la estructura de la pre campaña. 

– ¿Cómo se puede modificar esa desigualdad de poder para llegar al poder?

-En el 2020 Benedicta Da Silva (ex Gobernadora de Río de Janeiro y actual diputada federal) hizo una propuesta al Tribunal Superior Electoral, que coordina elecciones (la instancia máxima jurídica electoral en Brasil), para que las mujeres tengamos fondos para hacer campaña. Es muy importante que los dirigentes de los partidos políticos tengan conciencia de esa necesidad. 

– ¿Qué le piden a Lula si es elegido presidente?

-Nosotras estamos hablando con Lula que, después de la elección, las mujeres negras e indígenas podamos estar en espacios estratégicos del gobierno, no solamente en la secretaría de la igualdad racial, no solamente en el ministerio de las mujeres. Nosotras queremos representación en las decisiones financieras, en la salud, la justicia, el urbanismo, la ciencia, la tecnología y el agro. Es muy importante porque dentro de la izquierda tradicional siempre la posición es: “Nosotros los blancos, los intelectuales, los hombres, pensamos muchísimo en ustedes. Estamos haciendo la política para los negros”. No queremos que la política sea así. Nosotras pensamos como dice Erica Malunguinho (diputada trans de San Pablo): “Quien anda en el bus tiene que pensar cómo hacer el bus, quien anda en el ómnibus tiene que planificar los ómnibus”.

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