El tercero gobierno del Frente Amplio

tabaré
Por Javier Taks*
Este domingo 1° de marzo asumió un nuevo gobierno de izquierda en Uruguay. El gobierno es nuevo pues resultó de la larga votación del ciclo electoral 2014 (elecciones internas de los partidos, elección nacional de legisladores y fórmula presidencial, balotaje), pero el presidente es conocido, el Dr. Tabaré Vázquez, quien ejerciera el puesto entre 2005 y 2009. Esta vez estará acompañado por Raúl Sendic como vicepresidente de la República y presidente de la Asamblea General del Parlamento; Sendic es hijo del legendario líder tupamaro de los 50s y 60s y ha tenido actuación pública a nivel de la empresa petrolera ANCAP. Fue una de las novedades de las elecciones internas del Frente Amplio, consiguiendo la más alta votación que lo catapultó a los primeros planos políticos, contando con el aval de Mujica quien de alguna manera lo apadrina. El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, fue vicepresidente de Vázquez hace diez años, mientras que el Cr. Danilo Astori, actual vicepresidente, volverá a ser Ministro de Economía, dando una continuidad de 15 años a la política económica del Uruguay, pues es bien sabido que fungió de hecho como ministro durante los cinco años del gobierno de Mujica.
El resto del gabinete es una mezcla de personas que se mantienen en su cargo (cuatro ministros), de personas que ya fueron ministros u ocuparon lugares de preeminencia en la primera administración Vázquez y algunas, pocas, caras nuevas. De los 13 ministros, cinco son mujeres. Es decir, continuidad y cambio. La frase vencedora durante todo el ciclo electoral nacional ha sido “Uruguay no se detiene”. Los cambios que puedan venir serán “a la uruguaya”, podríamos aventurar, a la Vázquez: graduales, sin espectacularidad y sin grandes movilizaciones desde abajo.
Existe una cierta expectativa por el discurso inaugural de Vázquez, pues si bien ha realizado promesas electorales y ha expresado algunas ideas-fuerza a la prensa, el estilo de Vázquez es de relativo hermetismo hasta que él mismo se encarga de anunciar novedades “meditadas” y que orientan su accionar y el de su equipo de gobierno. Por lo cual se espera la confirmación de algunas líneas de acción pero también algunas sorpresas para los próximos cinco años en la conducción del país.
Entre las confirmaciones que se esperan, siguiendo a Marcos Rey del semanario Brecha, resaltan:
Sistema Nacional de Cuidados: anunciado como buque insignia (Vázquez lo ha equiparado al Plan de Emergencia que implementó en su primer gobierno), con un horizonte a diez años y anclado en una perspectiva de género, el sistema que reforzará la atención a la infancia, los adultos mayores y las personas con discapacidad será uno de los proyectos de ley prioritarios.
Modificaciones al Impuesta a la Renta de las Personas Físicas (Irpf): se impulsará el no cobro del Irpf a los aguinaldos y salarios vacacionales de los trabajadores. Se prometió estudiar un aumento del mínimo no imponible y continuar incrementando el salario mínimo nacional. Para la clase media, propuso deducir del Irpf las cargas sociales del personal doméstico, y a los jubilados hacerles deducciones del Impuesto por alquilar o habitar en casas de salud.
Impuesto de Primaria: se reimplantará este impuesto para las grandes extensiones de tierra de los “poderosos estancieros” –según los calificó Vázquez–, que habían sido exonerados del tributo tras la crisis económica de 2002.
Plan de infraestructura: aunque no se quiere hablar de “shock”, se planteó presentar un ambicioso plan de infraestructura para mejorar la red de carreteras, vías férreas y puertos fluviales del país y ponerlos en sintonía con la región.
Reforma educativa: con la promesa de cambiar el “ADN de la educación”, se prometió destinar el 6% del PBI a adecuar los salarios docentes, invertir en infraestructura y mejorar la gestión educativa. El planteo incluiría un ciclo educativo más coordinado entre los 3 y los 14 años, universalizar la enseñanza del inglés y mejorar las tasas de egreso, repetición y desafiliación.
Sistema Nacional de Competitividad: aglutinará seis agencias que están hoy dispersas en diversos  organismos del estado –como la Agencia Nacional de Investigación e Innovación– o que no habían sido instrumentadas –como la Agencia Nacional de Desarrollo Económico–, para potenciar las capacidades del empresariado, así como el rol de las empresas públicas y de los ministerios vinculados a la producción.
Salud: el Hospital de Clínicas se sumará al Sistema Nacional Integrado de Salud, además se universalizarán las historias clínicas electrónicas y se acentuará la rebaja de órdenes y tiques para los enfermos crónicos.
Fondo de Desarrollo: el nuevo director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, dijo a la prensa esta semana que le entregó en mano a Mujica el proyecto de ley que institucionaliza el Fondes como instrumento para fomentar los proyectos autogestionados y también las pymes.
Plan Juntos: se anunció en la campaña un plan de vivienda para atender a las 38 mil familias más vulnerables, y que el Plan Juntos pasará a la órbita del Ministerio de Vivienda.
Regionalismo abierto: aunque se descartó un TLC con Estados Unidos, el gobierno entrante ha insistido en que se regresará al “regionalismo abierto” y, sin alejarse del Mercosur, se evaluará un acercamiento a la Alianza del Pacífico.
De todas estas propuestas, las tres últimas han suscitado las primeras discusiones entre el gobierno saliente y el entrante (al menos las que salieron a luz) indicando que si bien la transición entre gobiernos ha sido muy amigable y colaborativa, deja entrever que la puja de liderazgo entre Mujica y Vázquez será la tónica durante un buen tiempo, especialmente porque el presidente saliente no sólo mantiene altísimos niveles de popularidad interna e internacional, sino que ha manifestado su voluntad de trabajar desde el primer día como el senador más votado y capaz de provocar alianzas inesperadas con parlamentarios no sólo del Frente Amplio sino también de la oposición.
El Fondo de Desarrollo fue pensado para financiar empresas recuperadas y autogestionadas, en una clara aunque obviamente limitada apuesta por nuevas formas de producción no clásicamente capitalistas; el Plan Juntos fue en su momento la gran respuesta de Mujica a la falta de vivienda digna para los sectores más pobres, con una fuerte dosis de voluntarismo y confianza en la “solidaridad” empresarial, sindical y comunitaria en general, lo más conocido del Plan ha sido la donación de gran parte del salario personal del casi ex-presidente a la causa (además de lo donado para montar una Escuela de oficios agropecuarios junto a su chacra-vivienda) y el trabajo voluntario del SUNCA y otros sindicatos.
El nuevo gobierno pretende subsumir el Plan en la política general de vivienda, limitar la financiación “privada”,  bajando el perfil mediático del asunto y regresando el tema “vivienda” a una cuestión más técnica que social. En cuanto a la política exterior uruguaya, el giro parece ser a una pérdida o debilitamiento de la visión latinoamericanista y mercosuriana que tuvo la administración Mujica, a favor de un acercamiento a los bloques y países más proclives al libre comercio: más negocios y menos política e ideología, sería la consigna simplificada de la nueva postura internacional. Nadie desconoce el acercamiento de Vázquez a los EEUU durante su primer mandato, en relación a los países vecinos y de la región, en particular su difícil relación con la Argentina.
 
* Javier Taks es coordenador de la Casa Bertolt Brecht, Uruguay
Imagenes: fotos de Miguel Ángel Romero via Flickr.

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