Raza, género y capitalismo

Debate entre activistas del movimiento negro brasileño discute cuestiones como la naturalización del racismo, la apatía de la izquierda en cuanto a la cuestión racial y las posibilidades de deconstrucción de la cultura del «padrón blanco».

Por Verena Glass

«Las organizaciones de izquierda han argumentado dentro de una visión marxista y ortodoxa que la clase es la cosa más importante. Por supuesto que la clase es importante. Es necesario entender que la clase informa de la raza. Pero la raza también dice de la clase. Y el género dice de la clase. La raza es la manera cómo la clase es vivida. De la misma forma que el género es la manera cómo la raza es vivida. Precisamos reflexionar bastante para percibir las intersecciones entre raza, clase y género, con el fin de darse cuenta de que entre estas categorías hay relaciones que son mutuas y otras que son cruzadas. Nadie puede asumir la primacía de una categoría sobre las otras».

La discusión anterior, propuesta por Angela Davis, filósofa estadounidense y una de los activistas más conocidas del movimiento negro en la obra «Las mujeres negras en la construcción de una nueva utopía», impregnó la charla «Angela Davis: raza y  género en la reproducción del capital», que tuvo lugar en la sede de la Fundación Rosa Luxemburgo en São Paulo. El evento, que tuvo la mediación de Christiane Gomes, contó con la participación de las integrantes de la Comisión de Periodistas para la Igualdad Racial (Cojira) Rosane Borges, escritora y profesora del Centro de Estudios Latinoamércianos sobre Cultura y Comunicación (CELACC) de la Universidad de São Paulo, y Paola Brandini, fundadora de la consultoría AfroEducação en la que actúa en la formación de profesores.

Para comenzar a entender la problematización de la cuestión racial en el país, propone Rosane Borges, es necesaria una mirada histórica. Es decir, dado el hecho de que nuestros poco más de 500 años de historia como estado brasileño, 320 fueron construidos con mano de obra esclava; y más, como sostiene Angela Davis, visto que la esclavitud transatlántica (tráfico de negrxs africanxs para las Américas) fue la base constitutiva y de sustento del sistema capitalista es emblemático que la tragedia de la violencia en el país tenga mayor incidencia sobre la población negra. Es que esta tragedia social es el resultado y la expresión del racismo.

Este racismo, continúa Rosane, que sigue intrínseco a la explotación capitalista – y por lo tanto, a la cultura brasileña – debe ser deconstruido a través de la desnaturalización de la cuestión de género y raza, como propone Angela Davis. En este sentido, explica, Davis se acerca a Marx cuando propone la desnaturalización de las desigualdades sociales. Es decir, en contra de la percepción de que las jerarquías están puestas, son hereditarias, por pertenencia, clase eclesiástica, etc. Marx sostiene que la explotación de una clase sobre otra no es eterno, inmutable, inmanente; que existe la desigualdad social, solo que esta no es natural. Y eso, argumenta Angela Davis, también se aplica a la cuestión de raza.

En otras palabras, explica Paola Brandini, en el patrón cultural brasileño la blanquitud esta dada, es norma y padrón, y lo que diverge es diferente y extranjero. La deconstrucción de este sentido es imprescindible para reflexionar sobre la igualdad y la equidad. En la educación, por ejemplo, cuando se aprobó la Ley 10.639/03, que ordena «el estudio de la historia de África y los africanos, la lucha de los negros, la cultura brasileña y el negro en la formación de la sociedad nacional, rescatando la contribución de los negros en las áreas sociales, económicas y políticas de Brasil» como una forma de deconstrucción de la segregaciones raciales, un argumento contrario, dice Paola, era que hablar de las desigualdades sociales ya abarcaría el tema de la discriminación racial porque negro y pobres es la misma cosa.

«Eso hace de la cuestión racial como si no fuera un problema,  lo que es una falacia. Las mujeres negras tendrían que subir mucho en la pirámide social para alcanzar el sufrimiento de las mujeres blancas «, dijo Paola Brandini. Un ejemplo de eso, cuenta, se trata de una experiencia que tuvo mientras trabajaba en la obstetricia del sistema de salud pública. «Todo era precario, y con frecuencia no había anestesia para las mujeres en trabajo de parto. Y cuando había blancas y negras dando a luz, la anestesia era aplicada a las blancas. Porque los médicos decían que las negras eran más fuertes, más resistentes al dolor».

Frente a los errores de este tipo, a menudo naturalizados, afirman las polemistas, que la  interseccionalidad en las discusiones de género, raza y la cuestión social es esencial, como postuló Angela Davis.

Las izquierdas y los movimientos sociales tienen que entender que la agenda racial levantó derechos de la mujer en general, dice Paola Brandini y ha impactado positivamente en el fortalecimiento de una serie de políticas públicas que benefician a un amplio sector de la sociedad. «Cuando el movimiento negro exige derechos, todos los pobres se benefician. Así fue con las cuotas raciales en la educación superior, por ejemplo, que impulsó la creación del Proune».

Representación

¿Pero cómo internalizar estas reflexiones en la sociedad? O, ¿cómo entender y tratar con los matices complejos que abarcan las cuestiones de género y raza y las militancias de izquierda?
Durante el evento, un tema que se destacó en el debate fue la participación de figuras negras en espacios públicos no siempre alineados con la causa. Ejemplo: En la TV Globo, símbolo del conservadurismo reaccionario para gran parte de la izquierda, en el Jornal Nacional, el programa icónico de la simbología de derecha encarnada  por la Globo, en opinión de éstas izquierdas, una mujer negra y joven presenta diariamente la previsión del tiempo.

¿Para negros y negras, la presencia de la periodista María Julia Coutinho en el programa de televisión, posiblemente más visto del país, significa la empoderamiento o claudicación? ¿En la perspectiva de la militancia de los movimientos negros, constituye una representación positiva o es adhesionismo al sistema?

De manera pragmática, evalúa Rosane Borges, ya sea en la televisión o en los espacios públicos en general, la presencia negra fuese común y corriente, ella no sería sentida como diferente y extranjera. «La izquierda en general no incluye en su programa el tema de la raza; considera que la superación del capitalismo conduciría a la superación de los problemas de género y de color. Así, los términos de representación en los espacios capitalistas, para los grupos que tenían su humanidad sustraída, es importante», afirma.

Traducción para el español: Zur

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