En ocasión al lanzamiento argentino del libro “La guerra de los lugares” de la arquitecta y urbanista brasileña, Raquel Rolnik, se realizó la jornada de intercambio y debate “Debates presentes, ciudades futuras” el pasado miércoles 1 de diciembre en la casa de la Fundación Rosa Luxemburgo oficina Cono Sur en el barrio de Constitución.
Escribe: Camila Parodi
Una propuesta de reflexión sobre las ciudades y cómo éstas concentran, reproducen y agigantan profundas asimetrías, violencias y segregaciones. Pero también en torno a cuáles podrían ser las alternativas populares y comunitarias para la creación de ciudades igualitarias frente al actual proceso de endeudamiento y financiarización de la vivienda.
Hablar de las ciudades hoy se convierte en una reflexión urgente y compleja. No sólo implica asumir una mirada crítica sobre las desigualdades, sino que también habilita a la creación de debates centrados en cómo queremos habitar y construir nuevos mundos. Una tensión entre quienes se benefician con la financiarización y especulación inmobiliaria de los espacios urbanos frente a quienes se organizan y construyen alternativas populares para el acceso justo al hábitat desde el presente.
En ese marco se realizó la mesa de diálogo “Extractivismo urbano vs. producción social del hábitat” coordinada por el sociólogo y periodista Fernando Bercovich, en la que participaron la docente e investigadora Patricia Pintos, el abogado ambientalista Enrique Viale, el legislador Facundo Di Filippo, la investigadora Carla Rodríguez, la arquitecta María Gabriela Torrents y el militante popular Nicolás Cannone.
“La disputa entre el extractivismo urbano y la cuestión del hábitat social es un tema central para debatir en la actualidad” explicó Fernando Bercovich al presentar a las y los expositores. Qué es el extractivismo urbano y cómo opera en la Argentina, cuáles son las respuestas organizadas de hábitat popular entre las experiencias presentes y cómo afrontaron la pandemia por COVID 19 fueron las preguntas disparadoras que organizaron el intercambio.
El ambientalista Enrique Viale, pionero en el uso del concepto “Extractivismo urbano”, expresó al respecto: “Comenzamos a hablar de extractivismo urbano y lo acuñamos como concepto cuando vimos que se reproducían las mismas lógicas extractivas y la extracción de renta sobre el suelo” sostuvo en su intervención.
Por su parte, para la investigadora y autora del libro “Hábitat, autogestión y horizonte socialista”, Carla Rodríguez, al hablar de la producción social del Hábitat desde la perspectiva de las organizaciones “hablamos de un hábitat digno, con la capacidad colectiva y organizada de poner en el centro la vida». La producción social del hábitat y la organización popular como la contracara del extractivismo urbano y la privatización del suelo urbano.
En esa línea, explicó la investigadora Patricia Pintos que el concepto de extractivismo urbano se encuentra en permanente construcción y que puede entenderse, también, como “extractivismo inmobiliario» porque “no es exclusivo de la ciudad”. Y sostuvo que puede entenderse a través de tres claves: “La financiarización de la vivienda, el urbanismo neoliberal y la mercantilización de la naturaleza”.
Por otro lado, para la arquitecta y coordinadora del proyecto Habitar, María Gabriela Torrents, la ciudad “hoy es el órgano reproductor de la desigualdad y la forma en que habitamos colabora a su reproducción”. Por eso, desde su perspectiva abonar a “la autonomía, la participación, la organización y la toma de decisión son fundamentales”.
Nicolás Cannone es integrante del Frente Popular Darío Santillán, desde los diferentes espacios que constituyen al colectivo tuvieron un importante rol de respuesta activa y organizada frente a la pandemia: “En los barrios populares fueron las organizaciones las que contuvieron, acompañaron y amortiguaron en el marco de la pandemia” explicó. Y sostuvo: “Por eso, las organizaciones son centrales en la producción social del hábitat”.
Finalmente, para el presidente del Ceapi y ex legislador porteño Facundo Di Filippo «la matriz que se inicia con el gobierno de Macri en la ciudad es muy clara, son políticas tomadas por el mercado”. Y explicó que este tipo de políticas se ven de manera cotidiana en “las modificaciones de los códigos y en las intervenciones urbanas que realizan”.
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En un segundo momento, la arquitecta y urbanista Raquel Rolnik dialogó con las personas presentes desde Brasil en lo que fue el lanzamiento de su libro «La guerra de los lugares” coeditado por la Editorial El Colectivo y Lom Ediciones. Al comenzar, la autora se mostró agradecida por la nueva edición en Argentina y por el trabajo realizado en conjunto por las editoriales y la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo para su impresión y difusión.
Para empezar, Rolnik introdujo la hipótesis principal que se plantea en el libro: “Hay un nuevo poder colonial que ha surgido y se ha desarrollado en las últimas décadas al que podemos llamar como las finanzas globales”. Es decir, que “el capital-moneda se valoriza en los mercados financieros globales y ha ocupado nuestras ciudades y el espacio construido”.
Rolnik no desconoce el significado que tiene el término ´colonización´ en América Latina. Al contrario, sostiene que lo elige para “hablar de un tipo de ocupación territorial que es manejada por los deseos de rentabilidad del capital financiero pero también por su dimensión geopolítica en el sentido que interfiere y organiza en la vida de la gente -donde el endeudamiento tiene un rol muy importante- con el único objetivo de extracción de renta”. En ese sentido, para la autora se trata de “un capital excedente global en búsqueda de nuevas fronteras que avanza sobre productos, espacios y territorios que sean capaces de generar más interés”.
En este libro la autora sintetiza la tensión planteada a lo largo de la mesa de diálogo en torno a “la tensión entre el derecho a la vivienda y la crisis financiera” y afirma que “los efectos de la crisis neoliberal fueron muy concretos: personas sin techo y sin trabajo”, motivo por el que no se puede comprender un proceso separado del otro. En ese marco, para Rolnik «la deuda de las personas, sin acceso a la vivienda ni derechos básicos, funciona como ente financiero para la especulación y el negocio”.
Explica Rolnik que “la deuda que las personas asumen con el banco vía crédito e hipoteca para acceder a una vivienda es transacción en el mercado financiero de tal manera que se termina transformando en un producto financiero en sí mismo”. Y concluye al respecto que “la deuda personal funciona como vehículo financiero de generación de renta que genera un aumento exponencial de personas sin techo”.
En el libro nos encontramos con diferentes ejemplos y experiencias que dan cuenta del proceso de financiarización y el endeudamiento de la vida en la ciudad en primera persona. Explica Rolnik que el libro “reúne la voz de comunidades que han sido víctimas de la financiarización y el endeudamiento como una nueva forma de colonización del Estado” pero, sin embargo aclara que también “se trata de un proceso de disputa, lucha y ocupación de la ciudad para la vida digna”.
* El libro “La guerra de los lugares” coeditado por la Editorial El Colectivo y Lom Ediciones se puede conseguir en https://editorialelcolectivo.com/producto/la-guerra-de-los-lugares/