Respect es una organización política surgida de una red europea fundada en 1998 con el objetivo de organizar a las mujeres migrantes en el trabajo doméstico remunerado y defender sus derechos, más allá de su condición legal. En Berlín la componen alrededor de una decena de mujeres, tienen articulaciones amplias, y luchan por el derecho a poder optar por trabajos dignos, el reconocimiento del aporte de las migrantes en los cuidados y en contra de las leyes criminalizadoras.
Amarilis Tapia, trabajadora del hogar migrante peruana, integrante de Respect Berlín y de la campaña Legalización Ahora! aporta más información en esta entrevista para comprender cómo se organizan las mujeres que llegan a Berlín buscando una vida mejor.
¿Cómo te integraste a Respect?
A Respect llegué por medio de una compatriota conocida. Primero participábamos de un grupo de mujeres donde se daba contención emocional, que era lo que nosotras necesitábamos en ese momento, porque llegábamos a un país donde el choque cultural era muy fuerte. El clima, costumbres diferentes…
Y en este grupo de mujeres conversábamos, teníamos muchas cosas en común. Una era el desarraigo familiar, la otra nuestra condición migratoria, y éramos latinas la mayoría. Desde allí se hace un filtro y nos hacen una invitación para pertenecer a Respect, un grupo más político y de visibilización de la situación migrante. Me invitaron porque en este grupo de mujeres no se hacía mucha política en ese entonces, era más de contención emocional.
¿De qué te sirvió organizarte?
Obviamente acá la única opción para nosotras es el trabajo del hogar. De hecho, la mayoría de las personas migrantes empezamos desde abajo, trabajando en las casas de familia, lavando platos, cuidando de niños y abuelos, en casas particulares.
Cuando llegué, a los meses, se da la pandemia. Eran tiempos duros. Estar en un país ajeno. Tuve suerte que encontré amistades y tengo una hermana acá. Si no la hubiera tenido, yo hubiera dormido en la calle, porque en ese entonces, en la pandemia, la gente, los empleadores, te decían que no vayas a sus casas, por temor a que tú los contagies. Si me enfermaba en ese entonces, cuando no había vacunas, pensaba, no me van a atender, ni en emergencias ni nada. Porque también en este país el sistema sanitario colapsó. Era mentalizarse en ese momento de que no tenía derecho a enfermarme.
Yo tuve la suerte de llegar a este grupo porque aprendí muchas cosas. Aprendí de mis derechos, de lo que tenía que hacer acá. Una migrante más no conocería muchas cosas, estaría con mucho más miedo, porque en este grupo yo empecé a conocer más dónde yo estaba pisando, ya que no hay leyes que protejan a los sin papeles, todo lo contrario. No solo recibimos la contención, sino algunas charlas con abogadas sobre la situación de migración y cómo podríamos cambiar nuestro status migratorio.
¿Qué actividades podían hacer en pandemia?
En pandemia se agrava la situación de las personas precarias, indocumentadas, invisibles, sin papales. En Berlín hay aproximadamente 100mill personas migrantes en esa condición y muchos que no están registradas por miedo. A raíz de la pandemia nace la campaña Legalización Ahora. Porque el estado le daba a Refugiados algunos beneficios, pero las personas sin papeles no tenían ningún derecho. No existimos para el Estado.
Saben que el trabajo de cuidados de casas particulares lo hace, en su mayoría, personas indocumentadas y migrantes. Solo que no quieren tener una carga laboral de pagar, no quieren que se formalicen de alguna manera, por las leyes que tienen. El artículo 87 es un artículo que considera un criminal a aquella persona que está sin papeles[1]. Por eso es el miedo que existe en migrantes sin papales porque si la policía te para y tú no sabes qué decir, eso puede ser una situación que termine en una deportación y muchos temen a eso, porque para venir a veces acá una empeña la casa o se hace un préstamo. Entonces tienes que ayudar a tu familia, y eso hace que no se manifiesten, que no se pronuncien, son esas leyes que nos tienen atadas a muchas personas migrantes.
¿Y cómo hacen para movilizarse en esa situación?
Yo particularmente cuando venía un policía en el metro yo sabía el derecho que ellos tienen sobre mí, sentía que venían por mí. Una misma se delata. Me asustaba y me ponía nerviosa. Y estando en Respect yo perdí ese miedo de alguna manera, tanto así que cuando salíamos a las demostraciones siempre estamos en primera fila, porque me siento respaldada por mis compañeras. También por las demás compañeras alemanas que nos apoyan, participan con nosotras. Hay gente que está cuidándonos indirectamente. Hay toda una estrategia para poder salir a las calles, y por eso yo salgo.
He participado en muchas y en todas participo porque me siento segura con mis compañeras. La mayoría somos TdH no tenemos otra opción por nada del mundo. Solo el día que uno cambia la situación legal migratoria se pueden abrir algunas oportunidades, pero también es la barrera del idioma. Si tú no tienes es condición formal no puedes ir a ninguna escuela, porque podés ser denunciado. No tenemos la facilidad de poder aprender el idioma.
¿Encontrás una relación entre las luchas de las trabajadoras del hogar, las luchas migrantes y las luchas feministas?
Sí, se vinculan de hecho porque el querer sobresalir, perder tu miedo, valorarse a sí misma, hacerse respetar laboralmente, a pesar de que no tenemos legalmente derechos. Cada 8 de marzo, en el día internacional de la mujer, salimos a las calles, acá en Berlín. El día 8 es feriado, es día festivo, pero las organizaciones feministas salimos a las calles para reivindicar. Es un desfile de distintas formas de expresar la disconformidad con este sistema de gobierno. Muchos colectivos de manera muy creativa, salen a las calles para hacer notar que es un día importante y que luchamos por la igualdad de derechos, por una vida digna y por reconocimientos laborales. Hay una relación estrecha. Y además recibimos la solidaridad de muchos grupos con nuestra campaña, y gracias a esa solidaridad pudo realizarse durante casi un año. Sin ese apoyo y sin esas redes que se entrelazaron no hubiera sido posible la campaña. Y Respect, con las trabajadoras del hogar nos hacemos presentes cada 8 de marzo en las calles, nos relacionamos con Ni una menos y otros grupos que salen ese día. Para nosotras es un día de lucha.
Además, hay una relación muy estrecha entre las migrantes y las trabajadoras del hogar, porque la gran mayoría de mujeres migrantes en algún momento de su vida, hicieron este trabajo digno. Hay una relación de solidaridad. Y también está de hecho la solidaridad de muchas migrantes que ya consiguieron otro status, pero no dejan de ser migrantes en Alemania.
Si las migrantes no salimos a las calles, mucha gente acá no sabe que hay personas con estos problemas. Incluso alemanes en otros colectivos, se sorprenden de que no tengamos derecho a nada. Eres un invisible porque tu trabajo de alguna manera hace que la economía de este país siga creciendo, siga adelante. Pero no se hace de manera formal, solo informal.
¿La campaña de Legalización Ahora la hacen ustedes solas o con otras organizaciones?
Al principio cuando lo inició Respect por la época de la pandemia, porque la situación se complicó. Luego se hizo una carta[2] y se invitó a diferentes grupos de feministas antirracistas, bloques latinos, solidariCity etc. como a 60 grupos. Y dijeron que sí iban a apoyar. Y así fue como nosotrxs salíamos a la calle, con estos grupos.
¿Qué logros y qué dificultades han tenido en este tiempo?
Hemos logrado perder el miedo. Y yo soy el vivo ejemplo de ello. Si yo me hubiera quedado en mi casa, en pandemia, con miedo, estaría en mi burbuja, y no conocería muchas cosas. Segundo, nos conoce más gente, hacemos eventos y tenemos invitaciones a contar la experiencia y la campaña. Hemos conversado también con políticos sobre lo que queremos, que el artículo 87 se cambie. Es un artículo que trata sobre la migración. Dice que toda persona debe denunciar a un migrante sin papeles, sino es cómplice de la situación. Es un artículo que criminaliza a las personas migrantes. Entonces por eso el miedo. No conseguimos el cambio legal. Pero hemos logrado la visibilización del tema. Había más posibilidades con la coalición de izquierda que gobernaba, pero ahora eso se perdió con el cambio de gobierno local.
En Berlín había una coalición formada por el partido político socialdemócrata, los verdes, que tienen una tendencia de izquierda, y el partido de la izquierda. Esta coalición priorizaba el derecho a la vivienda, la libertad, la justicia y a un país sostenible. Teníamos la esperanza de que hubiera algunas mejoras, en cuando a algunas leyes o que se acepten algunos proyectos en los que se venía trabajando como una tarjeta que permita el acceso a la salud en forma anónima. Pero al ver ciertos cambios en la política en adelante, que son más de tendencia de derecha, y obviamente, cuando son de derecha tiran más para el capitalismo que para mejorar situaciones de los trabajadores, de las trabajadoras del hogar, en general. Sabemos y conocemos esas políticas de partidos de derecha que privilegian más a los grandes capitales que dar derechos laborales a quienes realmente lo necesitan. Y hay siempre políticos conservadores, muy discriminativos, que no quieren cambiar ciertas leyes, se resisten. Hay países como España, Portugal, Italia, que, en momentos difíciles como la pandemia, flexibilizaron su política migratoria, cosa que no sucede acá. Acá solo les interesa que la economía esté bien a costa de cualquier precio. Estamos contra eso, contra un sistema patriarcal, imperialista, discriminatorio y seguimos saliendo a las calles para visibilizar nuestra situación.
[1] https://www.gesetze-im-internet.de/aufenthg_2004/__87.html
[2] La carta, titulada CARTA ABIERTA POR LA LEGALIZACIÓN PERMANENTE Y SIN CONDICIONES DE TODAS LAS PERSONAS MIGRANTES INDOCUMENTADAS Y EN CONDICIÓN DE ILEGALIDAD puede consultarse aquí: https://legalisierungjetzt.net/static/media/1_Carta%20Abierta%20Legalisierung_Jetzt.891497d0.pdf
Entrevista: Juliana Díaz Lozano. Imagen: Respect Berlín.