Un freno (provisorio) al horror
«Las elecciones presidenciales en Argentina parecen haber devuelto la política a sus cauces más habituales, y el triunfante oficialismo irá a balotaje con el ultraderechista Javier Milei. Pero para derrotarlo no alcanza con el espanto: hacen falta medidas que den respuesta a la crítica situación que atraviesan los sectores populares.»
Escribe: Pedro Perucca | Fotos: Santiago Oroz
Milei implica autoritarismo por arriba y por abajo
Una entrevista con Ezequiel Adamovsky
Dialogamos sobre el proceso electoral argentino con el historiador Ezequiel Adamovsky, quien es autor de numerosos artículos y libros sobre historia intelectual, globalización, anticapitalismo y política de izquierdas.
En la conversación con Jacobin, Adamovsky hace un repaso crítico sobre el escenario político nacional, señalando con particular preocupación lo que podría implicar un triunfo del referente libertariano Javier Milei en el segundo turno que se llevará adelante el domingo 19 de diciembre.
La conexión de Milei con la extrema derecha global
La segunda vuelta de las elecciones en Argentina tendrá lugar el próximo domingo (19/11). Aunque Milei aparece alrededor de 2 puntos porcentuales por delante de Massa en las principales encuestas, la elección sigue sin decidirse. Los sondeos anteriores no lograron captar la victoria de Massa en la primera vuelta ni su significativa ventaja de 7 puntos sobre Milei (más de 1.8 millones de votos). La postura de Milei de radicalizar su discurso en el tramo final de la primera vuelta puede haber sido determinante para no aumentar su base de votantes respecto a las PASO.
Escribe Julia Almeida.
Más allá del 19 de noviembre
Del análisis del voto de Milei emergen dos determinantes, uno es la asociación de su voto con la informalidad laboral, el otro la crisis del voto peronista.
Escribe Adrián Piva
El instante de peligro
A partir de ahora estamos en terra incógnita , con la obligación de ir construyendo un nuevo mapa político y nuevas herramientas para el próximo período. Un resultado electoral no es suficiente para derrotar a los sectores populares. Tenemos por delante una gran batalla social y política.
Escribe Pedro Perucca