El politólogo alemán Michael Heinrich estuvo en Buenos Aires durante la última semana de noviembre y participó de distintas charlas y actividades junto a la Fundación Rosa Luxemburgo, el Centro de Documentación e investigación de la cultura de Izquierdas (CeDinCi) y la Universidad de San Martín (UNSAM).
Por Camila Parodi
Se trata, del actual biógrafo Karl Marx y de su trabajo sobre El Capital. Quien, a salón completo, presentó sus últimas aproximaciones teóricas en la charla: «Nuevos textos y nuevas lecturas de El Capital de Marx» en la Biblioteca Casa de la Lectura de la Ciudad de Buenos Aires el pasado viernes.
Ante el público presente el autor presentó su reciente estudio sobre la historia del trabajo más amplio y conocido de Marx, El Capital. En ese sentido, sostuvo su primera hipótesis para dar cuenta de la perspectiva y metodología desde la cual enmarca su reciente trabajo «Engels no tomó a Marx y sus escritos tal cual estaba, lo edito, reformuló y agregó sin indicar». Es decir que, según Heinrich, la versión más leída de El Capital ha sido «fuertemente editada y Marx no la conoció» manifestó.
«Cuando nos ocupamos de El Capital tenemos que distinguir entre El Capital en tanto los libros que leemos, los manuscritos y el proyecto de investigación del mismo Capital que van más allá de los manuscritos cuadernos y cartas» explicó el politólogo definiendo cada particularidad como niveles diferenciados de análisis que a continuación detalló.
En primer lugar, las ediciones de Engels, del año 1867 y 1872 dan cuenta de dos textos que se diferencian en los primeros cuatro capítulos en relación con su planteo del valor. «En traducción al francés», explicó Heinrich, «Marx corrigió e intervino y amplió el capital sobre todo el proceso de acumulación del capital». Sin embargo, al morir Marx fueron la tercer y cuarta edición las más leídas, se tratan de «la mayoría de las ediciones que se leen hoy. Fundamentalmente la cuarta, un mix de la segunda edición alemana y de la traducción francesa de 1880 por Engels» afirma el politólogo alemán.
Engels publica en 1885 el segundo tomo, este se basa en siete manuscritos escritos por Marx que surgieron desde 1868 hasta 1879. Sin embargo, explica Heinrich que «no se sabe con precisión cuando lo intervino quizás siguió hasta 1881», allí Engels «reorganizó el material y lo reformuló. Un Proceso de investigación de Marx» sostuvo durante la charla el pasado viernes.
Es para el tercer tomo de El Capital donde, según la investigación realizada por Heinrich, Engels recurrió a un manuscrito de los años 64 y 65 de Marx. Allí, «incorporó mucha estructura, borró y añadió elementos». Entonces afirma el politólogo «la visión de Engels no es idéntica a la de Marx» ya que «intervino para que sea más legible». Por eso, reconoció que si bien «no está en cuestión su intención» si queremos trabajar en términos académicos sobre los escritos de Marx «tenemos que saber que hay una diferencia entre la edición y los manuscritos».
Al referirse a los manuscritos como otro nivel de análisis, Heinrich expresó que es en la «edición mega» donde se dio una respuesta del punto de vista editorial. Entonces, «ahora que tenemos completa esa sección reconocemos que en el fondo hay dos proyectos distintos en 1857 Marx no tenía El Capital en la cabeza y si un plan de seis libros» que contuvieran en ellos la crítica de la economía política, aportes sobre mercado exterior, trabajo, ente otros.
Para el biógrafo alemán, si bien inicialmente «El Capital iba a presentar las leyes generales del capitalismo, como realidad empírica donde se regula» Marx luego comprobó que «una diferenciación rígida no sostenía su proyecto político y decide explicar por qué». Es en ese marco que «desde 1863 Marx no vuelve a usar el concepto de capital no vuelve» que hasta entonces era central. Esta modificación indica, según Heinrich, que Marx había desarrollado una nueva estructura teórica. Y, según entiende al trabajar sobre su material, la diferencia radica en ver «al capital individual como algo que no puede ser aislado de forma empírica, pero que se enfrenta al capital global social en cada nivel de abstracción».
Entonces, esta iniciativa que podría entenderse como el «segundo proyecto de El Capital, tiene dos niveles problemáticos: Engels y manuscritos» ya que, según Heinrich «Engels desconoce una págna que se había salido, interviniendo también en términos de contenido». Afirma, en esa línea, que a su vez la estructura y título del capítulo quince del tomo tres son de la edición de Engels donde «parecería que la teoría de crisis de Marx estaría en la tasa de ganancia» sin embargo «en el manuscrito no parece que así lo tomara Marx. Engels construye y sugiere una relación entre tasa decreciente de ganancia con crisis» y, si bien «quizás Marx hacia esa relación en el capítulo cinco entre capital real y capital monetario, Engels lo reorganizó y se corrieron las intenciones Marx». Presentando, según Henrich, diferencias muy grandes.
Ante esta situación, Heinrich se pregunta junto a las y los presentes «¿Cuál es la solución? ¿Volver a los manuscritos? En algún caso si» se responde. Ya que existe un proceso histórico desconocido en la versión de Engels que se relaciona con la crisis de 1866, la cual, para Marx se presenta con una naturaleza nueva. De forma tal que agrega una página que si bien fue leída como que «no tenía mucha relación» en realidad «quería decir crisis de sobre producción que pasaba a la financiera. Desde ese entonces, estudia intensamente la crisis y explica el politólogo alemán que genera un cuaderno de notas que no fue aún publicado.
Luego, entre los años 1871 a 1872 se produce un manuscrito propio en el que se refiere a la teoría del valor. Allí, «aparece un Marx como lector critico de Marx y se corrige con auto-comentarios sobre el caso del valor”. Sin embargo, esta reflexión no fue tomada públicamente por fuera de los escritos de su actual biográfico, Michael Heinrich.
Entre 1968 y 1978 hay, entonces, diez años de un Marx reflexivo y critico que gran parte de los marxismos, al lo largo de la historia y las distintas corrientes no han considerado. Allí escribe 140 páginas y trata de forma matemática la relación de la tasa de subvalor y la tasa de crédito o ganancia, a su vez, «de la Ley de tendencia decreciente de ganancia ya no se habla». Allí, en su último manuscrito económico, Heinrich encuentra «ciertas rupturas en la teoría de la reproducción y del dinero» ya que «aparece como velo que encubre las relaciones, pero esta teoría la descarga, porque se da cuenta que desde el principio tiene que trabajar con el dinero, y este no era neutro». Es en este manuscrito, explica el politólogo alemán, que Marx llega a la conclusión sobre dinero y es importante para la teoría de la crisis también, ya que «el último de toda las crisis es la pobreza de las masas y la falta de consumo. Los altos salarios son como el ave que predice esta tormenta y revierte esta teoría» manifiesta Heinrich.
Durante esos años, también temas nuevos se comienzan a tratar: «establece y amplia el alcance de su investigación con nuevas aproximaciones». Y, según la opinión del actual biógrafo sobre su trabajo, «por este motivo no terminó con El Capital. Porque desarrolla un programa de investigación que una persona individualmente no puede realizar. Entonces todo este enorme plan es el motivo en sí mismo de por qué no pudo terminar el plan.» Y el mismo Marx lo reconoce, en 1879 escribe en una carta «que no puede terminar el capital hasta q la crisis no llegue a su punto máximo». Entonces, «se ve el déficit teórico que queda a la vista cuando se leen sus cartas».
Sobre la Ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia que suele aparecer como central, explica que autor que hubo muchos debates de si se pudo o no fundamentar. Ante esto el sostiene una apreciación, «para mi no, ahora con los nuevos manuscritos puedo justificar que en los años 80 a Marx le surgieron dudas y que en su edición del volumen tres ya no aparece donde la ley no vuelve a ser mencionada y si la crisis» sin embargo no hay prueba contundente. A su vez, los manuscritos de los años 60 tardíos «con ejemplos calculatorios de composición orgánicas de las tasas de plusvalor creciente y del coeficiente de ganancia con independencia de la composición orgánica se cae su teoría inicial». En ese marco, cuando Engels reedita el volumen uno encuentra una nota manuscrita sobre acumulación donde decía, según reconstruye Heinrich «una capital con alta composición orgánica tiene mayor tasa de ganancia entonces se opone a lo que antes sostenía». Si bien esta nota existe hace más de 100 años es llamativo que no se haya considerado ya que es lo contrario de la tasa de ganancia. Y advierte Heinrich durante la actividad en Buenos Aires «no me atrevo a decir que cambio su opinión, pero entiendo que con esta observación tenía la intención de formularla y es quizás por eso que se distanció luego de esta ley».
Para finalizar su exposición Michael Heinrich vuelve al principio, «tenemos que diferenciar los tres niveles antes mencionados». Y explica «los manuscritos surgieron en tiempos diferentes y representan distintos momentos de investigación y son resultados intermedios, parciales». Entonces si bien El Capital es lo mejor que tenemos para entender al capitalismo «no es completo» de forma tal que concluyó llamando una lectura crítica de los escritos de Marx «tenemos que continuar este proyecto de investigación y no repetirlo como fe dogmática, es punto de partida y ese es nuestro trabajo».