Escribe: Camila Parodi
Fotos: Congreso de Salud Socioambiental
Se celebró el “VII Congreso de Salud Socioambiental” y el “IV Encuentro Intercontinental Madre Tierra, una sola salud” en la Ciudad de Rosario. Un espacio para el diálogo de saberes entre quienes defienden la vida digna desde diferentes disciplinas y resistencias. Desde la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo participamos del Congreso y dialogamos con sus organizadores.
Desde el año 2011 organizaciones sociales, asambleas socioambientales, comunidades, profesionales e investigadores toman la convocatoria del Instituto de Salud Socioambiental y se reúnen cada dos años para construir un espacio de formación colectiva e interdisciplinaria. En esta nueva convocatoria, la ciudad de Rosario recibió a más de 300 personas que, en representación de diferentes colectivos y grupos de investigación, compartieron sus miradas sobre el actual contexto de crisis climática así como también sus variadas experiencias colectivas territoriales.
Damián Verseñazzi es médico especialista en medicina integral y dirige el Instituto de Salud Socioambiental Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Dialogamos con él durante el cierre del congreso y expresó su alegría por haber “logrado recuperar el espacio de encuentro con movimientos sociales, académicos, colegas y referentes”.
Este nuevo encuentro volvió a priorizar el encuentro y la presencialidad y, para Verseñazzi, dió “la posibilidad de reencontrarnos, abrazarnos y volver a vernos físicamente que realmente era muy necesario ya que desde el primer congreso en el 2011 este fue una característica: los espacios de encuentro, de diálogos que nos enriquecen y nutren además de las actividades y mesas que también fueron muy necesarias”.
Facundo Fernández es médico y también integra el Instituto de Salud Socioambiental, durante el encuentro expresó que se organizaron “más de 15 disertaciones, talleres y mesas redondas donde se abordaron distintas problemáticas socioambientales con una perspectiva desde el campo de la salud”. En ese marco agregó que contaron con “participaciones muy importantes tanto del nivel nacional como internacional como Gianni Tognoni, Marcos Pastrana, Maristella Svampa así como muchos compañeros y compañeras que han aportado su claridad durante los tres días del encuentro”.
Para Fernández la amplitud lograda en la convocatoria de este nuevo congreso fue “muy interesante ya que nos permitió pensar desde diversas perspectivas el impacto de las problemáticas socioambientales, las causas que lo profundizan y las posibilitan y cómo eso termina incidiendo directamente en la salud de los territorios y a partir de la incidencia en la salud de los territorios en la salud de las comunidades”.
Además de las mesas y talleres realizados por el Congreso, la instancia funcionó como punto de encuentro para diferentes propuestas. Se realizaron diversas actividades como la Jornadas Argentinas de Pensamiento Crítico en Salud y Soberanía Sanitaria, la Reunión de Pueblos Fumigados, la Jornada de Agrotóxicos y Salud Reproductiva y la Marcha Plurinacional de los Barbijos. También se presentaron diferentes libros tales como “Recordar, Resistir, Re-existir”, “Biología curtis” y “Argentina en Llamas” y los informes realizados por la Delegación Feminista Plurinacional en Perú y Puelmapu.
Entre las principales actividades realizadas, se destacó la Mesa de Diálogos Interculturales sobre Crisis Climática, Salud y Comunidades protagonizada entre el epidemiólogo y sanitarista italiano Gianni Tognoni y el referente de la Comunidad Indígena del Pueblo de la Nación Diaguita del Valle de Tafí, Marcos Pastrana. También se otorgó, por primera vez, el reconocimiento a defensores de los territorios, la biodiversidad y la soberanía alimentaria en con el nombre del defensor de las semillas y coordinador de Acción por la Biodiversidad, Carlos Vicente. A modo de cierre, el congreso finalizó con una de las últimas sentencias del Juicio Ético y Popular a los Ecocidas impulsado por el Equipo de Educación Popular Pañuelos En Rebeldía donde se pusieron en común las denuncias recabadas durante el último año.
A lo largo de la semana, diferentes grupos de investigación se reunieron para analizar de manera colectiva la situación de los territorios en clave de salud socioambiental. En ese contexto, la Fundación Rosa Luxemburgo fue convocada por las organizaciones del congreso para organizar los grupos de trabajo: «Producción de alimentos en las ciudades» y «La transición energética en Argentina. De falsas soluciones a la crisis climática a la construcción de políticas y experiencias para la vida». Sus trabajos y reflexiones fueron presentadas el día jueves 15 de junio en las mesas «Sistemas alimentarios para recuperar la salud de los territorios» y «Transición energética» en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.
Durante los tres días del Congreso se dieron a conocer las diferentes denuncias de los territorios tanto urbanos como rurales así como las propuestas de alternativas que construyen cada colectivo todos los días de manera situada. “Escuchar las voces de los territorios refuerza nuestro sistema inmunológico en estos contextos tan complejos pero, también, es una invitación a seguir adelante construyendo esta resistencia frente a la crisis climática”, explicó Verseñazzi.
Salud Socioambiental para los pueblos
El eje principal de este séptimo congreso se centró en pensar la salud en contextos de cambio climático ya que, desde la propuesta del Instituto de Salud Socioambiental, no se puede pensar a la salud sin su relación con los cuerpos y territorios: “Entendemos que la salud de las comunidades depende estrictamente de la salud de los territorios y pensar la salud de los territorios implica pensar el ambiente donde están insertos esos territorios”, agregó Fernández.
En esa línea, para Verseñazzi el actual contexto “es realmente muy grave desde donde lo miremos ya sea desde el punto de vista sanitario o desde el ambiental” y sintetizó: “Estamos en transitando una crisis civilizatoria y para nosotros el poder reflexionar en estos contextos es muy necesario así como haber podido cerrar el Congreso el Día de la Ciencia Digna”. En ese contexto denunció que “en una realidad como la que vemos en Jujuy en estos días, desde el instituto no hacemos más que ratificar el compromiso de seguir sembrando en estos tiempos tan difíciles”.
En ese marco, proponer un diálogo entre la crisis climática y la salud es una urgencia para quienes defienden la vida. “En términos de salud pública con las problemáticas que se evidencian en el territorio vemos que están vinculadas directamente al cambio climático”, explicó Fernández. Por ese motivo, desde el Instituto de Salud Ambiental, explicaron que por el congreso “pasaron diferentes panelistas que han expuesto el impacto de los plaguicidas, el impacto de la explotación minera así como el impacto de la explotación hidrocarburífera o de las llamadas energías renovables”.
Para finalizar, los organizadores del congreso destacaron la importancia de continuar generando espacios de encuentro y diálogo entre la academia y los movimientos sociales, entre el campo y la ciudad, entre profesionales y militantes. Para Fernández “es importante que podamos incorporar la dimensión socioterritorial en nuestros análisis de la salud de las comunidades, porque no podemos pensar, comunidades o sujetos saludables en territorios enfermos”. En ese sentido, concluyó Verseñazzi: “Queremos seguir abonando desde la construcción de una universidad pública al servicio de los pueblos y de una sociedad que entienda que la organización y la participación colectiva es la única que puede torcer el destino de las áreas de sacrificio que nos han impuesto desde los norte globales”.