“Las semillas y las leyes, en nuestras manos”

La ciudad de Eldorado fue epicentro de un taller jurídico destinado a las organizaciones comunitarias que componen la Red de Casas de Semillas de Misiones. En la misma jornada, la Facultad de Ciencias Forestales acogió un conversatorio internacional sobre Soberanía Alimentaria. El movimiento semillero de Misiones sigue creciendo en diferentes puntos de la provincia con una agenda atravesada por el desafío de seguir ganando terreno ante el modelo extractivista.

Escribe: Sergio Alves
Fotos: Juan Errico

Un aguayo extendido en el suelo, justo en el centro del salón. Sobre su trama, puñados de semillas diversas. Frutos de palta y maracuyá. Humo de esencia y sahumerio. Colores. Ramitos de hierbas. Palabras. Las sillas en círculo. La gente va llegando al Espacio Cultural Sanarnos, pintoresca casona ubicada sobre una calle con nombre de árbol (Peteribí), en la ciudad de Eldorado. Es una mañana soleada, apenas fresca. Los que llegan, provienen de diferentes puntos de la provincia de Misiones. Desde el norte: Pozo Azul, San Pedro, Iguazú, Piray, Montecarlo. Desde el sur: Posadas, Gobernador Roca, Corpus. Del centro: Aristóbulo del Valle, Salto Encantado. También hay personas del Alto Uruguay y varios miembros de comunidades mbya guaraní del norte misionero.  Los mates, varios a la vez, circulan de mano en mano. Los hay amargos tradicionales: sólo yerba mate. Otros en cambio, tienen yuyos, miel o alguna flor.  También hay compañeros y compañeras de Paraguay, Brasil y México. En instantes, va a empezar el taller jurídico destinado a la Red de Casas de Semillas de Misiones, titulado “El derecho a las semillas nativas y criollas. Herramientas para defender la biodiversidad”.

La instancia de formación, encuentro e intercambio en Sanarnos, es una de las dos actividades “semilleras” de este miércoles 5 de julio. La otra, sucederá por la tarde en la Facultad de Ciencias Forestales y consistirá en un conversatorio internacional en torno a experiencias de protección y multiplicación de las semillas nativas y criollas en la región. Ambas actividades fueron impulsadas desde un proyecto que articula a la Fundación Rosa Luxemburgo con la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM)

Presencias

La ronda de presentaciones con la que comenzó la jornada, permitió conocer la heterogeneidad de experiencias y vivencias alrededor de cada una de las Casas de Semillas que laten en distintos rincones de Misiones. Detrás de cada proyecto, habitan historias de organización y sueños colectivos. Gerardo Segovia, referente de la RAOM y habitante eldoradense, al brindar palabras de bienvenida puso en valor la importancia de recordar la lucha de largas décadas por la soberanía alimentaria en la provincia, mencionando a algunos de los varios y varias caminantes que ya no están, pero que forjaron el rumbo de espacios vitales como la propia RAOM, las Ferias Francas o el Movimiento Nacional de Salud Popular LAICRIMPO.

A su turno, las casi cincuenta personas fueron expresando libremente y con breves palabras, la significación y el alcance del concepto “semilla”. Así, los términos más utilizados fueron “vida”, “libertad”, “futuro”, “alimento” y “futuro”.

La circulación de voces reflejó la pertenencia de las y los presentes a diversas organizaciones: Comunidades Campesinas por el Trabajo Agrario (CCTA-MTE), Grupo Unido de El Soberbio, Productores Independiente de Piray (PIP-UTT), Semillas Autoconvocadas (Montecarlo), Las Ortigas – El Soberbio, Cooperativa Parajes Unidos de Libertad – MTE, Multiversidad Popular, Oberá Agroecológica, Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria y Agroecología (CALISAyA UNAM), Movimiento Nacional de Salud Laicrimpo, Asociación Civil Biblioteca Popular Puerto Azara, Grupo Ecologista Cuña Pirú (Aristóbulo del Valle Mesa Provincial No Represas en Misiones, Somos Red, docentes de Facultad de Ciencias  Forestales y Facultad de Humanidades de la UNAM, Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Rama Rural, Escuela Agrotécnica Eldorado, Comunidad Mbya Guaraní Ysiry Mado-Delicia, Casa de Semillas La Catalina de 9 de Julio, Cooperativa UTT Mado Delicia, Casa Ñangarĕkoha 2000 hectáreas Pto. Iguazú. Además, estuvieron presentes técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del INAFCI, de CIPAF-INTA y de la Dirección Nacional de Agroecología.

Alcances semánticos y políticos

Tamara Perelmuter a Marcos Filardi, abrieron el taller con una exposición que en un principio estableció los alcances semánticos y políticos de términos claves como “semillas” y “soberanía alimentaria”, definiciones en constante tensión a la hora de analizar marcos regulatorios y herramientas jurídicas de orden local, nacional e internacional. Este tramo introductorio incluyó la explicación relativa a las clasificaciones que reciben las semillas según su origen y utilización.

Esta apertura dio lugar a un recorrido histórico en el que irrumpe como un factor clave de conflicto la aparición de los llamados “paquetes tecnológicos” en los sistemas de producción propuestos por el capitalismo en las últimas décadas, y cuyas consecuencias van desde la modificación genética de semillas hasta la utilización de agrotóxicos y un sinfín de problemáticas territoriales, sanitarias, económicas y sociales que afectan especialmente a las poblaciones campesinas e indígenas, pero que además repercuten de manera directa en la alimentación de la ciudadanía en general.

“Un 60% de la superficie cultivada en Argentina, corresponde a la soja transgénica. Y desde 1996 a esta parte, se reconocen de manera oficial, un total de 66 eventos transgénicos aprobados por el Estado Argentino. Además, Argentina es el primer país latinoamericano en abrirle la puerta a lo que se denomina comúnmente ‘edición genética’ de semillas” expresó Peremulter.

Por su parte, Filardi se refirió a los organismos e instituciones estatales que intervienen en los procesos regulatorios de las semillas en el país, y así también explicó la injerencia, la jerarquización y los límites de las diferentes leyes, tratados y otras herramientas que influyen en la producción, comercialización y utilización de semillas.

El cercenamiento de semillas a través de diferentes mecanismos (contratos con empresas, leyes, etc), los alcances de la denominada Ley de Semillas a y Creaciones Fitogenéticas, aún vigente en la Argentina; y las aristas de la propiedad intelectual de las semillas y las patentes de invención,  fueron los ejes que completaron una disertación que redondeó con un intercambio final de consultas y aportes de la audiencia.

Leyes conquistadas: brotes de lucha

“Misiones es maestra y guía en la conquista de leyes en defensa de la soberanía alimentaria. Muchas de las leyes que aquí existen, serían impensadas a nivel nacional o en otras provincias” afirmó Marcos Filardi, ya en medio de la segunda parte del taller, en la cual bajo la coordinación de Laura Kostlin, docente de la Cátedra Libre Soberanía Alimentaria y Agroecología (CaLiSAyA-UNaM), se analizó de manera interactiva con la audiencia semillera, el marco normativo que incide en la soberanía alimentaria de la provincia. Se trata de una ingeniería jurídica compuesta por una veintena de leyes provinciales que, una a una, fueron desplegadas y debatidas colectivamente entre los presentes.

Este entramado legislativo, involucra hitos jurídicos conseguidos a base de décadas de lucha agraria, como la Ley N.º 4.093 (De Arraigo y Colonización) y otros recientes como la fresquísima Ley de Bioinsumos, aprobada hace apenas unos días en la Legislatura Provincial, y que entre otras cuestiones, prohíbe la utilización del glifosato en todo tipo de producción agropecuaria dentro de Misiones.

“Las semillas en nuestras manos y las leyes en nuestras manos” consignó uno de los productores presentes, habilitando un respetuoso intercambio de criterios, en el cual emergieron dos posturas. Por un lado, la de aquellos que consideran que no es suficiente con la sanción de las leyes, y que cuestionan la apropiación del gobierno provincial de las banderas históricas de las organizaciones campesinas. Por el otro, el llamamiento a celebrar y apropiarse de las conquistas jurídicas, sin por ello dejar de fortalecer los mecanismos que garanticen la debida aplicación y el cumplimiento de cada de estas leyes.

En el fragor de este debate, hubo señalamientos específicos a determinados aspectos de leyes puntuales. Por ejemplo, se cuestionó que la Ley Nª 201, que crea el Programa Provincial de Huertas Escolares, al no contemplar la contratación de personal específico para el armado y mantenimiento de las huertas, genera una sobrecarga excesiva sobre las ya abultadas tareas cotidianas de la docencia misionera. O bien, se observó que la Ley de Bionsumos, si bien prohíbe el glifosato, no es clara en relación a la elaboración y eventual comercialización de fertilizantes orgánicos y otros productos. “Hay que dar la pelea para  los productores que hace décadas vienen trabajando, investigando y desarrollando  bionsumos en sus chacras, quienes tengan participación activa” planteó una participante.

De manera especial, se discutió en función de la Ley de Protección de Semillas Nativas y Criollas, que se sancionó en Misiones en 2020 y que,  entre varios puntos, establece el  objetivo de impulsar las ferias de intercambio de semillas, además de declarar al 26 de julio como el Día Provincial de las Semillas Nativas y Criollas.

El diálogo abierto, propició además la actualización de información referida a conflictos territoriales que mantienen en vilo a comunidades campesinas de diversos puntos de la provincia.

“Sin maíz no hay país”

Una de las presencias internacionales que tuvo la jornada eldoradense, fue la de Clara Meyra,  Coordinadora de Proyectos de la Fundación Rosa Luxemburgo en  México, Centroamérica y Cuba. Nacida y radicada en la Ciudad de México, Meyra se focaliza  principalmente en  proyectos relacionados a la soberanía alimentaria y los feminismos.

Durante su intervención en el taller jurídico, Clara hizo hincapié en la importancia del maíz como cultivo identitario y símbolo político de los pueblos originarios y campesinos de su país. “Esencialmente ha sido la base de nuestra alimentación,  milenariamente. Nosotros fuimos el centro de origen del maíz. Los pueblos originarios domesticaron a la planta para que pueda ser de consumo humano y tenga un proceso nutricional. En México hay una gran variedad de especies de maíz, una diversidad incluso en sus colores, en sus formas. Pero desde hace varias décadas, el sistema capitalista se apropió del maíz para generar ya no sólo el alimento humano, sino para otros productos industriales, generando negocios y modificando genéticamente las semillas” explicó Meyra.

Pese a ello, la activista mexicana subrayó que desde las organizaciones y los pueblos originarios, se sigue dándola batalla por la reivindicación del maíz como ícono de resistencia cultural. “Sin maíz no hay país” asegura.

En otro orden, Meyra celebró la existencia de este tipo de encuentros que problematizan distintos aspectos que hacen a la soberanía alimentaria, y compartió con la audiencia un relato sintético acerca de las nefatas consecuencias del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (en inglés North American Free Trade Agreement) que ya a mediados de la década del noventa las reglas para el comercio internacional y las inversiones que se llevan a cabo entre Estados Unidos, Canadá y México. “Fue uno de los primeros instrumentos del neoliberalismo en el mundo, que se fijó en condiciones muy desiguales para México, pero muy ventajosas para Estados Unidos y Canadá, dando mayor derechos a las empresas, mayores posibilidades de negociación entre empresas y Estado. Se imponen mayores flexibilizaciones en leyes, mayor flexibilización en materia laboral, mayor flexibilización en el tema de uso de recursos naturales o incluso la explotación de recursos naturales y la extracción de agua y otros elementos para la vida. Es realmente dañino para la soberanía” afirmó Meyra.

Las semillas en la cosmovisión mbya

En guaraní, “Yysry” significa “agua que corre”. Este es el nombre de la comunidad mbya ubicada en Puerto Mado, un poblado del municipio Colonia Delicia, en el norte de la provincia de Misiones. El mburuvicha (cacique o autoridad) de esta aldea indígena es Dalmacio Ramos, un joven que viene participando-junto a otras y otros integrantes de la comunidad- activamente de los encuentros “semilleros” que se dan en la región. Además de semillas, Dalmacio trajo artesanías, canastos, tabaco y saberes para compartir en el encuentro en el Espacio Sanarnos.

“Recién escuchaba a la compañera que vino de México y hablaba del maíz, y yo justamente traje a este encuentro semillas de maíz que desde hace varias generaciones cuidamos en nuestra comunidad” contó Dalmacio exhibiendo en la palma de su mano un puñado de semillas de maíz de Ysyry.

“En nuestra forma de ver el mundo, las semillas son la vida, el comienzo. Nuestros niños aprenden desde muy pequeños a plantar y valorar las semillas como algo fundamental. Las mujeres hacen canastos pequeños para que los niños lleven allí sus semillas. Además, trajimos semillas de sandía y otros frutos que abundan en nuestra comunidad. Venimos a compartir y a aprender” indicó el cacique.

A pesar de los esfuerzos de la comunidad por sostener la soberanía alimentaria y el cuidado del monte, Dalmacio denuncia que se sienten cada vez más presionado por el modelo forestal que se impone en la provincia, asediando el territorio indígena con el monocultivo de pino y el uso de agrotóxicos que dañan al suelo y los cauces hídricos.

Experiencias compartidas

Culminado el taller en el Espacio Sanarnos, por la tarde la actividad siguió en la sede de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones. Allí, el aula 3 cobijó una charla que fue precedida por la proyección de un emotivo video elaborado por la RAOM acerca de las Casas de Semillas de Misiones.

Luego, el Secretario de Extensión Universitaria de la Facultad, Juan Mauricio Quezada Álvarez, dio la bienvenida al público (el encuentro fue abierto a toda la comunidad) y agradeció a la RAOM por la posibilidad de tender puentes entre el sector académico y las organizaciones que en la provincia pugnan por un nuevo paradigma basado en la soberanía alimentaria y el cuidado del medio ambiente.

Patricia Lizarraga, Coordinadora de Proyectos de la Fundación Rosa Luxemburgo, moderó un panel que contó con la presencia de Sonia Ayala, referente del  Centro de Educación, Capacitación y Tecnología Campesina (CETCTEC) de Paraguay, quien comentó aspectos del funcionamiento actual de este espacio educativo en el cual, según sus propias palabras “los estudiantes son las semillas”.

En representación de la RAOM, Gerardo Segovia mencionó algunas actividades venideras del movimiento semillero, destacando el crecimiento incesante de espacios y acciones en toda la provincia. A su vez, Andreia Capelari Dos Santos, guardiana de semillas que vive y produce comunitariamente en el paraje 2000 hectáreas, de Puerto Iguazú, se mostró emocionada al evocar la trayectoria y los logros de la Red, e instó a “contagiar a los jóvenes el amor y el respeto por las semillas como fuente de buen vivir”.

Gilberto Schneider, del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) de Brasil, agradeció la invitación a las  actividades en la provincia de Misiones (incluyendo un itinerario por diferentes espacios productivos y Casas de Semillas), y compartió un resumen de la experiencia de su organización, cuyo despliegue data del el año 1996, en el marco de una fuerte crisis del sector de los pequeños campesinos en el vecino país.

“Las semillas, como la tierra, son la base de toda lucha por un nuevo modelo de agricultura y  contra los transgénicos” aseguró el militante brasileño.

Completó el panel, la mexicana Clara Meyra, que aprovechó sus minutos disponibles para reforzar conceptos volcados por la mañana en el taller jurídico, concernientes a la actualidad de las luchas campesinas en su país.

“Este tipo de reuniones en torno a la semilla como un concepto tan político, pero también espiritual, resultan de gran trascendencia, como posibilidad de encuentro con pequeños productores, productoras,  profesionales, técnicos y ciudadanía en general. Considero que es parte de un movimiento mundial, en la cual estamos reconociéndonos como de una familia planetaria a favor de la vida, a favor del buen vivir” remarcó a modo de conclusión, Laura Vanesa Reyes, integrante de RAOM y LAICRIMPO.

Félix Duarte, Presidente de la organización Productores Independientes de Piray (PIP), que logró tras una extensa de lucha la expropiación de tierras a la multinacional Arauco –y en estos últimos años fueron reconvertidas del monocultivo a la agricultura familiar libre de químicos- pidió que “se mantenga encendida en Misiones y en toda la región la llama de la soberanía alimentaria; debemos seguir luchando, por las semillas, por el territorio y por nuestra salud”.

Marcos Filardi, quien también integró el panel, recordó que “la soberanía alimentaria incluye e implica el derecho a definir libremente las políticas de producción, distribución y consumo” e insistió con la noción de Misiones como provincia que “viene marcando claramente y gracias a la lucha de las organizaciones, el sendero que debemos recorrer en todo el país y la región para lograr alcanzar esta soberanía alimentaria”.

Tras la rueda de disertaciones, y con la clásica fotografía grupal, se dio cierre a una jornada intensa en la ciudad de Eldorado, que en su devenir fortaleció la formación técnica pero también exaltó el espíritu y la vigencia de las organizaciones que sostienen y amplifican una lucha de casi treinta años de norte a sur de la tierra roja, y que, con más avances que retrocesos – pero con inmensos desafíos por delante- mantienen en alto las banderas de la soberanía alimentaria como derecho inalienable de los pueblos.

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