Esenciales pero no tanto: el gremio se organiza contra el ajuste empresarial

Exceptuados de la cuarentena obligatoria, trabajadores y trabajadoras de prensa continúan realizando sus tareas en un contexto en el que se profundizó la precarización y el ajuste que venían sufriendo desde hace años.

Santiago Mayor para Notas Periodista Popular

 

 

Diario Popular, Metro, Revista Pronto, Editorial Perfil, Infobae, Editorial Atlántida, El Cronista Comercial. La enumeración de cuenta de algunas empresas periodísticas conocidas y de alcance nacional. Todas tienen en común haber atravesado o estar atravesando distintos tipos de conflictos laborales desde que empezó la cuarentena.

Sin embargo se trata solo de los lugares -en la Ciudad de Buenos Aires- donde la patronal avanzó deliberadamente en reducciones salariales, despidos y mayor precarización del trabajo. Pero la crisis sanitaria no hizo más que profundizar y magnificar una problemática que ya es estructural en todo el sector.

Exceptuado del aislamiento obligatorio, el gremio de prensa -uno de los más golpeados durante los cuatro años de macrismo con más de cuatro mil puestos de trabajo perdidos- es nuevamente perjudicado, ya sea por la caída de las ventas, la reducción de la pauta publicitaria (pública y privada) o la voracidad empresarial. Y quienes pagan el costo son, otra vez, los trabajadores y trabajadoras.

Paradójicamente, en este escenario de crisis casi permanente, existe un saldo positivo. Un trabajo paciente, constante, muchas veces invisible, que ha logrado consolidar una cada vez mayor organización sindical para defender los derechos laborales de manera transversal y coordinada ante las distintas patronales que -históricamente- han actuado en conjunto para defender sus propios intereses.

La conformación y consolidación del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), nacido en 2015, y la reciente asunción de la nueva conducción de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), que elevó al cargo de secretaria general a Carla Gaudensi -delegada de la Agencia Télam durante el histórico conflicto de 2018-, dan cuenta de este proceso.

No obstante, el escenario de cuarentena obligatoria plantea nuevos desafíos. “El sindicato trata de unificar las luchas en un contexto muy difícil porque al no poder estar en la calle cualquier conflicto se torna más cuesta arriba”, explicó el secretario de Organización del SiPreBA y delegado de la TV Pública, Agustín Lecchi. “De todas maneras estamos permanentemente en contacto con las comisiones internas y las asambleas para llevar adelante los reclamos necesarios, las denuncias al Ministerio de Trabajo y promover las medidas de salud, seguridad e higiene en todas las empresas”, añadió.

 

 

“Las estrategias de organización y solidaridad entre laburantes están siempre pero hubo que repensarlas”, agregó Paula Sabatés, delegada de Página/12 y periodista en Futurock.

Desde su punto de vista, mejorar la difusión y la llegada, es fundamental. “Vi eso, por ejemplo, en el caso de Metro que varios medios cubrieron ese conflicto”, remarcó. Lo mismo sucedió en el caso de revista Pronto en el que las redacciones “jugaron un rol, por supuesto con el amparo del sindicato que a cada paso muestra que es imposible hacerlo de otro modo”.

“Es imposible atravesar los grandes conflictos y las épocas de crisis sin la organización colectiva”, subrayó la trabajadora de prensa.

Seguir trabajando en cuarentena

Al ser un sector considerado “esencial”, los trabajadores y trabajadoras de prensa debieron continuar con sus tareas cotidianas. Sin embargo, esto no implicó no tomar los resguardos necesarios.

“Hubo cambios, se adoptaron medidas de higiene sobre todo y de distanciamiento entre las pocas personas que tienen que ir al diario”, explicó Sebastián Díaz, delegado de Arte Gráfico Editorial Argentino (AGEA – Clarín). Asimismo, la gran mayoría pasó a realizar sus tareas por teletrabajo.

Fue el caso del diario deportivo Olé, donde trabaja Díaz. Primero los redactores, después los encargados, después los jefes de sección “y ahora todo el diario se está haciendo íntegramente de manera remota”.

“A las personas que no tenían computadoras les dieron, pero la empresa no garantizó el pago del celular, el servicio de internet, el cable”, explicó el delegado de Olé y subrayó que eso “es un montón de plata y es vital para hacer el trabajo desde casa”.

Asimismo recordó que la última paritaria para prensa escrita “fue del 15% con una inflación del 50%”. “Que tengamos que trabajar desde nuestras casas poniendo nuestra internet, nuestro cable, nuestra luz sin que la empresa se haga cargo de nada, es una batalla que hay que dar”, opinó y subrayó: “Los sueldos no alcanzan y encima terminamos gastando plata para llenar el diario de la empresa”.

 

 

Sabatés, que realiza tareas como colaboradora estable de Página/12, destaca que para ella la situación no cambió demasiado. “Para quienes estamos en situación de precarización, trabajo a destajo y remoto, no varió mucho”. Aunque destacó que “por primera vez” se igualaron “las condiciones concretas de realización del trabajo (no los derechos laborales)”.

“Quienes están efectivos cobran su sueldo fijo hagan la misma cantidad de notas o no. Quienes laburamos a destajo, en un contexto donde la mayoría de las cosas para cubrir están cerradas, sufrimos una disminución de trabajo y por lo tanto de salario”, apuntó.

Frente a eso, la Comisión Interna del diario elevó un petitorio para que la empresa garantice a las y los colaboradores permanentes el mismo volumen de trabajo que venían teniendo y, de ser imposible, que pague “una suma fija para poder mantener el ritmo” que existía pre-pandemia. Asimismo se reclamó por la actualización de lo que se pagan las colaboraciones externas.

Trabajadoras y tareas de cuidado

Como en otros aspectos, la situación en cada rama de prensa o en cada empresa no es la misma. Sin embargo, en líneas generales las trabajadoras han sufrido una recarga de sus tareas debido a la presencia constante de la familia en el hogar y sobre todo de chicos y chicas que no están asistiendo a la escuela por las disposiciones sanitarias.

“Este combo de pandemia, con cuarentena y la excepción de prensa acentúa una problemática que ya existía que es que en las compañeras recaen la mayoría de las tareas de cuidado y eso no está remunerado”, puntualizó Sabatés. “Incluso si tenés que trabajar en casa se nota mucho porque hay que hacer dos tareas al mismo tiempo”, remarcó.

Sin trabajo y sin derechos no hay salud

“Estamos teniendo problemas en muchas empresas con los salarios, que con la excusa de la pandemia pagaron en cuotas o realizaron algún tipo de reducción salarial”, reforzó Lecchi en este punto. “Esto es un problema muy grave porque en definitiva termina siendo una presión patronal para que se levante la cuarentena”, analizó.

Es el caso de Diario Popular que arrastra este problema desde hace meses pero ahora se ha profundizado. Pero también algo que se repitió en radio Metro, Noticias Argentinas o con les colaboradores de Editorial Perfil.

Las empresas que llevan adelante estas políticas “están incumpliendo con las resoluciones del Ministerio de Trabajo y del gobierno que plantearon que la licencia o el teletrabajo no deben afectar las condiciones salariales”, denunció el delegado de la TV Pública. Y opinó que el Ejecutivo “debe ponerse firme, multar a estas empresas y no asignarles pauta oficial”.

“Los medios pregonan la solidaridad hacia afuera de manera hipócrita pero hacia adentro pretenden avanzar sobre los salarios y derechos de les trabajo. Por eso decimos, sin salarios dignos ni trabajo estable no hay salud. Y no hay solidaridad si se ataca la salud en un contexto como éste”, completó.

En la misma sintonía Sabatés recordó la “tapa compartida de todos los diarios” que fue leída como “la primera acción conjunta de todas las empresas de prensa escrita de Capital Federal y no es así”. “Ahí evidenciaron una unión que tienen en la forma de operar sobre sus trabajadores que viene de hace muchísimo tiempo”, aseguró.

 

 

Por eso la solidaridad y organización gremial emergen como la respuesta. Si la patronal golpea de conjunto, los trabajadores y trabajadoras defienden sus derechos de la misma manera.

“Queda claro que el sindicato es la única herramienta capaz de tratar de desarticular esa unidad tan poderosa y -en su conjunción con lo legal- responder a los distintos conflictos que se van abriendo”, sostuvo la trabajadora de prensa.

Por su parte Díaz analizó que “el sindicato es clave porque es el que permite tomar medidas en conjunto y no solamente como empresa”. Y destacó que está teniendo “un rol muy activo”, en la cuarentena “por ejemplo con la campaña de vacunación para los afiliados en situación de riesgo”.

Para Lecchi va a ser necesario “redoblar la solidaridad y el rol del sindicato porque se vienen tiempos duros, en donde los empresarios de medios pretenden que los costos de la crisis recaigan sobre les trabajadores”. “La única manera de frenarlo es con políticas públicas claras que le pongan un freno y con la organización de les trabajadores para denunciar cada avance y frenarlo”, concluyó.

 

Fotos: Matías Cervilla

 

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