La Comuna de París desde el Sur

 

El pasado jueves 18 de marzo, se llevó a cabo en la sede de la Oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo en Buenos Aires la charla “La Comuna de París, vista desde el Sur”, en el marco del 150 aniversario de la misma.

Camila Parodi

De la actividad participó el sociólogo y ensayista Alejandro Horowicz en diálogo con la periodista Verónica Ocvirk y el director de la oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo, Gerhard Dilger, con la moderación de la locutora Silvana Avellaneda. A su vez, esta propuesta contó con las reflexiones de la activista, educadora popular y luchadora de la Comuna de París Louise Michel a través de la lectura de la educadora francesa Frédérique Duchemin.

Ciertamente la Comuna de París representa uno de los acontecimientos populares y revolucionarios más importantes de la modernidad. Sin embargo, en lo que respecta a nuestra región, este hecho histórico muchas veces es desconocido. ¿Cuáles son los aportes de la Comuna de París a 150 años de su comienzo? ¿Qué implica esta experiencia popular en el siglo XXI? ¿Cómo podemos vincularla con los procesos populares y feministas de América Latina y el Caribe? Estos son algunos de los interrogantes que se abordaron a lo largo de la charla.

«Ninguno de los acontecimientos actuales pueden ser pensados sin el antecedente de la Revolución Rusa y de la Comuna de París, por ende del socialismo», afirmó el sociólogo Alejandro Horowicz, al comenzar el intercambio. Las experiencias de organización popular así como de asamblea y formación de la clase trabajadora llevadas a cabo a lo largo de los 71 días del proceso de Comuna evidencian el comienzo de un continuum de prácticas y proyectos emancipatorios frente a los procesos mercantilistas, capitalistas y coloniales llevados a cabo por la burguesía europea en el mundo.

«Nadie puede imaginar que esos conceptos de libertad, igualdad y fraternidad terminaron siendo la libertad mercantil»,  sostuvo el ensayista, al relacionar los principios de la Revolución Francesa encabezada por la burguesía francesa en el año 1789. «La Francia de la Revolución es también la Francia del colonialismo», y fue justamente contra ese proceso de desigualdad de clases que se rebeló la Comuna de París. En ese marco, Horowicz aseguró que con la Comuna de París «un grupo de patriotas populares decidió defender lo que la burguesía no defendía: la patria». Para él, se trata de una «conquista popular de autodeterminación del gobierno y por eso su relevancia en la actualidad».

La situación de las y los trabajadores y artesanos a mediados del siglo XIX para Horowicz era atroz, por eso la importancia de esta rebelión proletaria. «Las condiciones objetivas y de vida de los sectores populares eran hostiles, por lo que había muchas necesidades de una revolución como lo fue la Comuna de París», concluyó.

Si pensamos en la Comuna de París desde la actualidad, la perspectiva feminista a la hora de analizar los procesos históricos no puede faltar. Ciertamente la experiencia popular implementada en el año 1871 fue muy distinta a la imaginada desde este contexto. Sin embargo, el cambio de enfoque realizado desde la propuesta de la Comuna de París donde las oprimidas y oprimidos por el sistema capitalista y colonial asumieron un protagonismo social y político, representa una primera ruptura. «Para el patriarcado, una mujer nunca es otra cosa que una sometida, y el horizonte de la Comuna de París no era más que el cambio de los sometidos», afirmó Alejandro Horowicz. Por su parte, Gerhard Dilger, continuó: «las mujeres estuvieron muy presentes en la lucha, en las bases y en los consejos, si bien no había igualdad». En ese mismo sentido, aseguró que el papel de las mujeres y disidencias en el proceso popular de la Comuna de París muchas veces no es conocido por los límites propios de las disciplinas sociales hegemónicas que reproducen concepciones de desigualdad a favor de las burguesías como del patriarcado.

En ese marco, dar a conocer la figura de la educadora popular y escritora anarquista Louise Michel nos acerca a este dilema. Al respecto explicó Horowicz, «fue una mujer extremadamente preparada, era hija de aristócrata y de una mucama. Fue una educadora popular que se dedicó a abrir cabezas así como también a entender las propias limitaciones de la Comuna». Por eso, desde la perspectiva de Louise Michel, así como desde la Comuna de París, no se trataría de «tomar la maquinaria, sino de destruirla, al igual que el Estado».

Al respecto, la educadora Frédérique Duchemin, que participó de la charla de manera virtual desde Francia, se propuso compartir las reflexiones de Louise Michel. Aseguró que se trata de «una figura histórica muy popular en Francia, incluso admirada por quienes no comparten sus ideas, está presente en las calles, escuelas, plazas de todo el país». A continuación, compartió algunas reflexiones escritas en el libro «La Comuna de París: historia y recuerdos», del año 1886:

Francia despertaba, hoy es el mundo. Mientras el imperio se aferraba a todo, avanzando contra cualquier pueblo que quería ser libre, los ciudadanos tuvieron que elegir entre dos proyectos: por un lado, estaba la esclavitud, la asfixia de la justicia y la inteligencia, trabajar para los explotadores; por el otro, la reivindicación de los Derechos Humanos, el pueblo eligiendo su destino, la inteligencia castigando a la astucia y la estupidez (…) Si algún poder podría haber hecho algo en ese momento, habría sido la Comuna: compuesta por un pueblo inteligente, valiente y de una honestidad increíble (…) Tu triunfo será el triunfo de todos los pueblos, un mundo que se levanta de los escombros.

Sobre esta experiencia situada, explicó Alejandro Horowicz que «la Comuna de París es una invención de la sociedad francesa, situada en su historia» y añadió que «Marx reescribe el manifiesto porque lo hace la misma Comuna». En ese sentido, repensar a la Comuna desde el sur amerita una lectura contextualizada.

La periodista Verónica Ocvirk preguntó junto a las y los presentes cuál sería la experiencia de nuestra región más cercana a la Comuna. Por su parte, Gerhard Dilger sostuvo que la experiencia del pueblo chileno tiene prácticas similares a las descritas anteriormente. «La acción chilena no es concertada por partidos y nos permite entender que la acción popular no puede ser reemplazada. Sin acción popular no hay política», manifestó a continuación Alejandro Horowicz y reafirmó: «El capitalismo es una peste y nos va a llevar puestos si no le ponemos fin. En estas condiciones, el optimismo se tiene que centrar en la masividad popular y se tiene que enfocar en nuestras decisiones cotidianas».

Fotos: Lucía Fernández Ares

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